El acoso psicológico, también conocido como mobbing, es una forma de abuso que se caracteriza por conductas abusivas que atentan contra la integridad física y/o psicológica de una persona. Este tipo de acoso puede ocurrir en diferentes ámbitos, como el trabajo, la pareja, las escuelas o universidades, o incluso entre grupos de amigos. El acosador, ya sea una persona o un grupo de personas, utiliza estrategias para desacreditar, ridiculizar o aislar a la víctima.
Cuándo se considera acoso psicológico
Para hablar de acoso psicológico, estas conductas deben darse de manera repetida y persistente, no de forma aislada. Algunas de las estrategias más comunes utilizadas por los acosadores incluyen:
- Desacreditar y descalificar a la víctima sutilmente, a través de mensajes no verbales.
- Rechazar la comunicación directa para evitar resolver conflictos y generar sentimientos de culpa en la víctima.
- Aislar a la persona y hacer novatadas.
- Inducir a la víctima a cometer errores.
- Realizar acoso sexual o hacer guasa con los puntos débiles de la víctima.
- Burlarse de las ideas, convicciones o gustos de la persona.
- Ridiculizar a la víctima en público y hacer alusiones desagradables.
- Poner en tela de juicio la capacidad de juicio y decisión de la persona.
Es importante destacar que el acoso psicológico puede tener graves consecuencias para la salud mental y emocional de la víctima. Por lo tanto, es fundamental identificar y actuar ante esta situación de manera adecuada.
Conducta del agresor
Para los acosadores, el comportamiento abusivo suele ser una forma habitual de actuar. Incluso en ciertos ambientes, como algunos puestos directivos, estas conductas pueden ser valoradas socialmente. Utilizan la manipulación verbal y una serie de estrategias para debilitar y aislar a la víctima, con el objetivo de mantener el control sobre ella.
En el ámbito laboral, algunos ejemplos específicos de la conducta del acosador incluyen prohibir a la persona charlar con los compañeros, no responder a sus preguntas, instigar a los compañeros en su contra, excluirla de actividades sociales, hablarle de manera hostil y grosera, hacer comentarios maliciosos, responsabilizarla de errores cometidos por otros, entre otros.
La víctima
Al principio, la forma de actuar del acosador puede dejar a la víctima confundida. Las conductas abusivas suelen ser sutiles y se apoyan en la comunicación no verbal, como miradas despreciativas o tono irónico en el habla. Con el tiempo, el acoso se intensifica y la víctima comienza a sentir culpa y a dudar de sí misma. Este sentimiento de culpa puede llevar a la persona a creer que todos los ataques del acosador son su responsabilidad.
La víctima tiende a actuar de manera pasiva, soportando los maltratos y creyendo que no hay salida posible. El acosador utiliza diferentes estrategias para aislar a la víctima y mantenerla en un estado de indefensión. La autoestima de la persona se ve afectada y puede experimentar problemas emocionales como pérdida de disfrute de las cosas, ideas de suicidio, trastornos de ansiedad y trastorno por estrés postraumático.
¿Cómo actuar ante el acoso moral?
Si estás siendo víctima de acoso psicológico, es importante que tomes medidas para prevenirlo o ponerle fin. Aquí te ofrecemos algunos consejos que pueden ser útiles:
- Establece una comunicación directa y clara, evitando ambigüedades y sobreentendidos.
- Exige y ofrece un trato respetuoso, tanto a nivel verbal como no verbal.
- Reconoce tus propias habilidades y límites, sin dudar constantemente de ti mismo.
- Actúa con firmeza y asertividad desde el principio, expresando tus sentimientos de manera clara.
- No te dejes llevar por la culpa enfermiza, ya que el problema no eres tú, sino la relación establecida.
- No te aísles, busca apoyo social y no permitas que el acosador te debilite.
- Si el acoso persiste, considera la posibilidad de denunciar ante los órganos competentes.
- Recaba pruebas objetivas para respaldar tu denuncia, ya que el acoso moral no deja huellas visibles como las agresiones físicas.
Recuerda que cuanto antes actúes, más posibilidades tendrás de poner fin al acoso y evitar consecuencias graves para tu salud y bienestar. En algunos casos, puede ser necesario buscar ayuda profesional para superar las secuelas emocionales del acoso.
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