La tortura psicológica es una forma de maltrato que causa un daño profundo en la víctima, tanto a nivel físico como emocional. Aunque en ocasiones se tiende a asociar la tortura únicamente con el maltrato físico, es importante entender que la tortura psicológica puede ser igual de perjudicial y dejar secuelas duraderas en la persona afectada.
¿Qué es la tortura según la psicología?
La tortura, desde la perspectiva de la psicología, se define como una forma de maltrato intencional que tiene como objetivo principal causar sufrimiento físico o mental a una persona. Esta práctica se lleva a cabo con el fin de obtener información, ejercer control o simplemente para infligir dolor.
La tortura psicológica implica el uso de diversas técnicas que pueden incluir amenazas, humillaciones, privación de sueño, aislamiento, manipulación emocional y otras formas de maltrato psicológico. A diferencia de la tortura física, la tortura psicológica no deja marcas visibles en el cuerpo, lo que dificulta aún más su detección y denuncia.
¿Qué genera la tortura?
La tortura tiene efectos devastadores en la salud mental y emocional de las personas que la sufren. Algunos de los efectos más comunes de la tortura psicológica incluyen:
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT): Las víctimas de tortura a menudo desarrollan TEPT, un trastorno que se caracteriza por la reexperimentación del trauma a través de recuerdos intrusivos y pesadillas, evitación de situaciones relacionadas con el trauma y una respuesta de activación excesiva.
- Depresión y ansiedad: La tortura puede desencadenar la aparición de trastornos de depresión y ansiedad, que se caracterizan por la presencia de síntomas como tristeza profunda, falta de interés en actividades previamente placenteras, preocupación constante y dificultad para concentrarse.
- Pérdida de autoestima y confianza: La tortura psicológica puede socavar la autoestima y la confianza en uno mismo de la víctima, haciéndola sentir indefensa y sin valor.
- Trastornos del sueño: La privación de sueño y el estrés causado por la tortura pueden alterar el patrón de sueño de la persona, provocando insomnio, pesadillas y dificultad para conciliar el sueño.
¿Qué es la tortura y sus tipos?
La tortura y otras formas de maltrato están absolutamente prohibidas universalmente, ya que sus efectos son devastadores. Desde el punto de vista jurídico, los actos de tortura deben investigarse y enjuiciarse, y los perpetradores deben ser castigados. Sin embargo, la realidad es que la tortura y otras formas de maltrato siguen practicándose en todo el entorno, a menudo quedando impunes.
La tortura puede manifestarse de diferentes formas, incluyendo:
- Tortura física: Se refiere al maltrato físico directo, como golpes, quemaduras, asfixia, descargas eléctricas y otros métodos que causan dolor y sufrimiento físico.
- Tortura psicológica: Este tipo de tortura se centra en el maltrato emocional y mental, utilizando técnicas como amenazas, humillaciones, privación de sueño, aislamiento y manipulación emocional.
- Tortura sexual: La tortura sexual implica el uso de la violencia sexual como medio de control y dominación, causando un daño profundo en la víctima.
- Tortura química: Se utiliza la administración de sustancias químicas para causar dolor, sufrimiento o alterar el estado mental de la persona.
Es importante destacar que la tortura y otras formas de maltrato no solo afectan a personas adultas, sino que también se somete a niños y niñas a estas prácticas en entornos de privación de libertad, lo cual tiene consecuencias particularmente graves para ellos.
¿Cuál es el delito de tortura?
La tortura es considerada un delito tanto a nivel nacional como internacional. En el ámbito internacional, la tortura está prohibida por tratados y convenios internacionales, como la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de las Naciones Unidas.
El delito de tortura implica que los actos de maltrato intencional sean llevados a cabo por un funcionario público u otra persona que actúe bajo el consentimiento o aquiescencia de un funcionario público. Se considera una violación de los derechos humanos y está sujeto a sanciones legales y penales.
La tortura psicológica es una forma de maltrato devastadora que deja secuelas profundas en la salud mental y emocional de las víctimas. A pesar de estar prohibida universalmente, la tortura y otras formas de maltrato siguen siendo practicadas en diferentes partes del entorno. Es fundamental promover la conciencia y luchar contra estas prácticas, garantizando la protección de los derechos humanos y la dignidad de todas las personas.
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