La preocupación es una emoción frecuente que surge cuando sentimos dudas sobre el futuro. Puede ser que estés preocupado por tu salud o la de tu familia. También puede ser que te preocupe pagar cuentas, brindar atención o cuidado a alguien, tu seguridad personal u otras necesidades importantes. Es típico sentirte preocupado, especialmente durante una crisis.
La preocupación puede hacer que se te haga difícil concentrarte y puede causar cambios en los hábitos de sueño y alimentación. Puedes sentir ansiedad, frustración, nerviosismo, miedo o impotencia.
Qué puedes hacer para manejar la preocupación
Existen varias estrategias que puedes utilizar para manejar la preocupación:
- Tómate cinco minutos para cuidar de ti mismo. Respira profundo y relájate.
- Realiza alguna actividad que disfrutes, como caminar, estirarte o tomar una clase en línea de ejercicio.
- Mantente en contacto con otras personas. Llama por teléfono o por video chat para conversar con tus amigos, familiares, vecinos o comunidad religiosa.
- Busca el apoyo de personas y organizaciones que te puedan ayudar.
- Tómate un descanso de las noticias y las redes sociales. Pasar demasiado tiempo viendo o leyendo las noticias puede generar sentimientos de angustia.
- Busca ayuda profesional si te sientes abrumado por la preocupación o si no la puedes controlar.
Qué te causa la preocupación
La preocupación es un mecanismo del cerebro para tratar de minimizar o eliminar algún riesgo. Es una parte del proceso de buscar soluciones a los problemas, una reacción natural ante una amenaza, real o no.
La mayoría de las veces, la preocupación comienza con una imagen o un pensamiento que aparece en nuestra mente de forma intrusiva, interrumpiendo lo que estábamos haciendo. Estos pensamientos pueden aparecer varias veces al día, generándose un círculo vicioso que nos angustia y perturba notoriamente nuestro bienestar.
Cómo eliminar las preocupaciones excesivas
A veces, la preocupación se convierte en un problema cuando es excesiva y no podemos controlarla. Aquí te presento algunos consejos para enfrentar y eliminar las preocupaciones excesivas:
- Elabora una lista de preocupaciones y trata de ser lo más claro posible al definir el problema. Piensa en posibles soluciones y divídelas en inmediatas y a corto plazo.
- Aplaza las preocupaciones a una hora específica del día para evitar que te invadan constantemente.
- Habla sobre lo que te preocupa con personas de tu confianza. Compartir tus dificultades puede ayudarte a encontrar más opciones de solución.
- Realiza ejercicio físico para mantener la mente concentrada en lo que haces y enfocar tu pensamiento en aspectos más positivos.
- Practica mindfulness para tomar conciencia de tus pensamientos en el aquí y ahora, sin juzgarlos y dejándolos pasar.
Qué son las preocupaciones y ejemplos
Las preocupaciones son pensamientos o imágenes sobre una gran diversidad de temas, como la familia, los amigos, el dinero, el trabajo, los estudios, entre otros. Es normal tener preocupaciones, pero se convierte en un problema cuando son excesivas y nos generan sentimientos negativos.
Existen distintos tipos de preocupaciones, desde problemas inmediatos modificables hasta acontecimientos muy improbables no basados en la realidad. Estas preocupaciones pueden generar inquietud, fatiga, dificultades de concentración, irritabilidad, tensión muscular, problemas de sueño, entre otros síntomas.
La preocupación es una emoción común que surge cuando sentimos dudas sobre el futuro. Para manejarla, es importante cuidar de nosotros mismos, mantenernos en contacto con otras personas, buscar apoyo y ayuda profesional si es necesario. Además, es importante identificar cuáles son nuestras preocupaciones y miedos para cuestionarlos y buscar otras formas de acercarnos a ellos. Recuerda que tus pensamientos no te definen y que puedes cambiar tu forma de pensar para tener un mayor bienestar emocional.
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