La psicomotricidad es una técnica que ayuda a los niños y bebés a dominar sus movimientos corporales de una forma sana, así como a mejorar su relación y comunicación con los demás. En la etapa infantil, el desarrollo de la psicomotricidad es fundamental para fortalecer la salud física y mental del escolar. Se habla de psicomotricidad infantil hasta los 7 años de edad.
La importancia de la psicomotricidad radica en su capacidad para potenciar y trabajar el desarrollo motriz, cognitivo, comunicativo y afectivo de los niños. A través del movimiento y la interacción con otros, los niños crecen, juegan y aprenden. Los componentes de las habilidades motrices incluyen la constancia, la resistencia, la fuerza, la agilidad, la coordinación, el control del cuerpo, la velocidad y capacidad de respuesta, y el equilibrio. Cada niño tiene habilidades motrices diferentes, por lo que es importante que los maestros y profesionales de la educación sean capaces de detectar el punto fuerte y débil de cada niño y estimular su desarrollo.
Tipos de psicomotricidad y actividades para estimularla
En la etapa infantil, existen dos tipos de psicomotricidad: la psicomotricidad fina y la psicomotricidad gruesa.
Psicomotricidad fina:
La psicomotricidad fina se refiere a las tareas pequeñas y delicadas que se pueden hacer con los dedos o con los músculos faciales. Algunas actividades para estimularla incluyen:
- Preparar un bote y hacer agujeros en la tapa para que los niños puedan poner dentro bastoncillos de los oídos.
- Colocar nueces o pompones de diferentes tamaños en una bandeja y pedir a los niños que los cojan con unas pinzas para moverlos de sitio.
- Colocar pajitas de colores dentro de los agujeros de un colador o de un recipiente con aberturas.
- Coger tapones de corcho y ponerlos dentro de un bote.
- Dibujar con el dedo sobre una superficie llena de chocolate.
- Marcar la huella de las manos o de los pies sobre una cubeta de arena.
- Realizar figuras de plastilina.
Psicomotricidad gruesa:
La psicomotricidad gruesa se refiere a los movimientos grandes del cuerpo, como correr, saltar, jugar a la pelota, etc. Algunas actividades para estimularla incluyen:
- Colocar unos aros en el suelo para que los niños salten de uno a otro.
- Hacer un circuito en el suelo con cinta de carrocero por el que los niños deberán intentar caminar.
- Coger unos cojines grandes para que los niños suban y bajen, lo cual les ayudará a fortalecer las piernas.
- Saltar y bailar de forma enérgica con diferentes ritmos.
- Jugar a la rayuela, organizar circuitos con ruedas de coches o troncos, saltar a la comba, subir y bajar escaleras, encestar pelotas, entre otras actividades al aire libre.
Estos son solo algunos ejemplos de actividades para estimular la psicomotricidad en la etapa infantil. Es fundamental que los maestros y profesionales de la educación cuenten con recursos variados para estimular y trabajar la psicomotricidad de forma divertida y adaptada a las capacidades de cada niño.
El sistema psicomotriz se refiere al desarrollo psicomotor de cada individuo, el cual es diferente en cada niño y depende de diversos factores como el ambiente, el potencial genético y el carácter del niño.
El desarrollo psicomotor es el proceso de adquisición de habilidades que se observa de forma continua durante toda la infancia. Este proceso implica tanto la maduración de las estructuras nerviosas, como el aprendizaje que el niño realiza al descubrirse a sí mismo y al entorno que le rodea.
El desarrollo psicomotor comienza desde la tercera semana después de la concepción y continúa durante la infancia y la edad adulta. Aunque las secuencias del desarrollo son similares en todos los niños, la velocidad y las fechas de adquisición pueden variar según cada individuo y diferentes factores como el potencial genético, el ambiente, el temperamento y la presencia de enfermedades.
Para saber si un niño tiene un desarrollo psicomotor normal, es importante contar con la evaluación de una persona con experiencia, como los padres que tienen varios hijos o los profesionales de la infancia. Sin embargo, es importante no alarmarse si un niño no sigue exactamente los mismos pasos de sus hermanos, ya que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo. En caso de duda, es recomendable consultar a un pediatra o neuropediatra.
La psicomotricidad es una técnica fundamental para el desarrollo físico y psíquico de los niños. Estimular y trabajar la psicomotricidad en la etapa infantil a través de actividades adecuadas y adaptadas a las capacidades de cada niño es esencial para su crecimiento y aprendizaje. Además, entender el sistema psicomotriz y su desarrollo individual nos permite comprender mejor las habilidades motoras de cada niño y ofrecerles el apoyo necesario para su desarrollo integral.
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