Por qué un psicólogo no puede tratar a su familia

Una de las dudas que muchas veces surgen cuando conocemos a un psicólogo o psicóloga es por qué los psicólogos no pueden tratar a sus familiares. A menudo, pensamos que al ser una persona conocida para nosotros, nos sentiremos más cómodos. Sin embargo, es importante desmontar ciertos mitos y entender por qué esto no ocurre así.

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¿Por qué ocurre esto?

En muchas ocasiones, cuando buscamos un servicio profesional, tendemos a pedir recomendaciones a personas conocidas, ya que esto nos transmite mayor confianza. Por ejemplo, si conocemos a alguien que se dedica a la construcción y necesitamos hacer una reforma en casa, probablemente consideraremos a esa persona como nuestra primera opción.

Como profesionales de la salud mental, a menudo nos enfrentamos a la pregunta de por qué los psicólogos no pueden tratar a sus familiares. Y es que no siempre es algo sencillo de entender. Al acudir a un psicólogo para tratar un problema, podemos pensar que si el terapeuta es nuestro familiar cercano, nos sentiremos más cómodos y será más fácil hablar de lo que nos sucede.

Sin embargo, es importante aclarar que el espacio terapéutico que se ofrece en la consulta de un psicólogo está libre de juicios. El psicólogo no está ahí para juzgar lo que le ocurre a su paciente ni las estrategias que este pone en práctica para solucionar su problema. El rol del psicólogo es ayudar a entender a la persona cómo funciona su problema y buscar, junto con el paciente, estrategias adecuadas para solucionarlo.

¿Por qué los psicólogos no pueden tratar a sus familiares?

Existen varios motivos por los cuales los psicólogos no pueden tratar a sus familiares. Estos motivos están relacionados tanto con la persona que necesita tratamiento como con el propio psicólogo.

Por un lado, cuando tenemos delante a una persona que conocemos, es común que se active en nosotros el miedo al qué pensarán. También puede darnos vergüenza contar ciertas cosas y es posible que nos guardemos información relevante para solucionar nuestro problema.

Por otro lado, puede ocurrir que no veamos al psicólogo como un profesional, sino como nuestro familiar, y por tanto, no lo tomemos tan en serio como si acudiéramos a una persona que no conocemos.

Otro motivo por el cual los psicólogos no pueden tratar a sus familiares tiene que ver con el propio psicólogo. En la fase inicial de evaluación del problema, es fundamental partir de una posición de desconocimiento y neutralidad. Si ya conocemos a la persona, perdemos esa objetividad necesaria en la terapia.

Además, la relación entre el psicólogo y el paciente es especialmente importante para el éxito del tratamiento. Es complicado establecer una relación profesional con una persona con la cual ya tenemos un vínculo diferente. Resulta difícil dejar fuera de la consulta la relación personal que nos une.

La relación de un psicólogo con su familia

Para entender aún más por qué los psicólogos no pueden tratar a sus familiares, tener en cuenta que un psicólogo también desempeña otros roles en su vida. Es hijo/a, hermano/a, padre/madre, amigo/a, etc. La relación con las personas de nuestro entorno está cargada de subjetividad, ya que entran en juego nuestros valores, creencias, experiencias y otros factores.

Para que un tratamiento tenga éxito, la objetividad es imprescindible. Por ello, el psicólogo deja fuera de la consulta sus propias creencias, valores, opiniones y todo aquello que pueda hacerle perder objetividad. De esta manera, se puede sintonizar con la visión del paciente y ayudarlo a salir de su problema desde su propia realidad, no desde la del psicólogo.

¿Por qué los psicólogos no pueden tratar a sus amigos?

Son muchas las personas que se preguntan si un psicólogo puede tratar a un amigo, pero como hemos explicado a lo largo de este artículo, las desventajas son muchas.

Un psicólogo no es un amigo. Cuando contamos un problema a un amigo, este nos dará su punto de vista y nos aconsejará sobre lo que podemos hacer. Un psicólogo, en cambio, no nos aconsejará ni nos dará su punto de vista. Analizará el problema junto con nosotros y nos ayudará a buscar estrategias para solucionarlo.

Un amigo es aquel que se mete en el barro con nosotros, pero no siempre nos ayuda a salir. La función del psicólogo es ayudarnos a encontrar las herramientas que tenemos a nuestra disposición para salir del barro por nosotros mismos.

¿Qué no debe hacer un psicólogo?

A lo largo del artículo, hemos visto que hay ciertas cosas que un buen profesional de la psicología no debe hacer.

Por tanto, otra razón por la cual los psicólogos no pueden tratar a sus familiares es que nuestro código deontológico lo prohíbe. Este código recoge las normas que se deben seguir dentro de un contexto terapéutico para garantizar el bienestar y la seguridad del paciente y del psicólogo.

Es importante que todo buen profesional se rija por el código deontológico vigente, el cual se puede consultar en la página web del Colegio de Psicólogos de Madrid.

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