Perspectiva etológica en psicología evolutiva

La perspectiva etológica en la psicología evolutiva se basa en el estudio del comportamiento animal y su relación con el comportamiento humano. Esta perspectiva, también conocida como perspectiva evolucionista, nos permite comprender diversos aspectos de la conducta humana, como las relaciones emocionales, la comunicación y la formación de vínculos afectivos.

Contenido

Teoría del apego

Uno de los aspectos más importantes estudiados desde la perspectiva etológica es la teoría del apego. Según esta teoría, los seres humanos tenemos comportamientos innatos relacionados con la formación de vínculos emocionales, los cuales ocurren en periodos críticos de nuestro desarrollo. Para estudiar el apego, se utiliza la metodología de observación naturalista, similar a la utilizada en la antropología.

El apego se forma a través de la interacción entre aspectos innatos y las experiencias humanas. El sujeto es activo, ya que tiene una necesidad de establecer vínculos afectivos, pero también es pasivo, ya que depende de que el otro le proporcione el apego necesario. La necesidad de tener relaciones afectivas incondicionales y duraderas está presente desde el inicio de nuestra vida de forma innata.

Los primeros en reconocer la importancia del apego fueron los etólogos, quienes describieron estos vínculos emocionales en animales. Observaron que si un individuo no tiene sus necesidades de apego satisfechas, puede experimentar soledad emocional, social y frustración. Parece que la naturaleza ha previsto sentimientos de bienestar cuando nuestras necesidades de apego están cubiertas y de frustración cuando no lo están.

En los animales, se ha observado un fenómeno llamado impronta, el cual es un mecanismo que ocurre poco después del nacimiento en mamíferos y aves. Este mecanismo no requiere aprendizaje y consiste en la aparición de un comportamiento de persecución de la madre por parte de las crías, así como un mecanismo de reconocimiento de las necesidades de las crías por parte de las madres. La impronta tiene un periodo crítico que varía según la especie.

Podemos identificar cuatro elementos en el apego:

  • Esfuerzo por mantener la proximidad con la figura de apego.
  • Contacto sensorial privilegiado con la figura de apego.
  • Utilización de la figura de apego como base segura para la exploración.
  • Ansiedad ante la separación y sentimiento de desolación cuando se separa de la figura de apego.

Estos elementos se aplican tanto en la infancia como en las relaciones en general a lo largo de nuestra vida. El psicólogo John Bowlby formuló la teoría del apego en 1969, afirmando que el apego es el vínculo más fuerte que experimentamos y que nos impulsa a buscar la proximidad y el contacto con la figura de apego o referencia. Durante la infancia, lo que ocurra en esta etapa influirá en la formación de apegos seguros o inseguros, como los apegos evitativos, ansiosos y desorganizados.

Impacto del apego en la vida adulta

El apego no solo tiene influencia en la infancia, sino que también afecta nuestra vida adulta. Cuando creamos un apego general o un apego específico, esto nos afecta psicológicamente de tres maneras:

Conductas: Las conductas que realizamos para mantener la proximidad con la figura de apego. Estas conductas pueden variar desde llorar y patalear en la infancia hasta buscar constantemente el contacto a través de llamadas telefónicas o mensajes en la vida adulta.

Modelos mentales: A través de nuestra experiencia de apego durante los primeros tres años de vida, creamos un modelo mental que incluye una visión del entorno. Las personas con apego evitativo pueden desarrollar una visión desconfiada del entorno, mientras que las personas con apego resistente pueden tener una visión de insuficiencia y dependencia. Estas visiones del entorno influyen en nuestras creencias y expectativas.

Objetivos: Nuestros objetivos están influenciados por nuestro modelo mental de apego. Por ejemplo, una persona con apego evitativo puede tener el objetivo de evitar cualquier tipo de vínculo emocional, mientras que una persona con apego seguro puede buscar relaciones afectivas estables. El modelo mental se convierte en un modelo operativo de funcionamiento que puede ser difícil de cambiar.

Además de estos aspectos, el apego también afecta la regulación emocional. El apego en sí mismo es un modelo de regulación emocional, ya que nos proporciona seguridad y tranquilidad. Sin embargo, también puede activar emociones como el miedo, la angustia, la desconfianza y el interés, que están relacionadas con la exploración y la interacción con el entorno.

Teoría contextual y perspectiva etológica

En relación a la perspectiva etológica, existen otras teorías que también consideran el contexto social y cultural en el que se desarrolla el individuo. Dos teorías relevantes en este sentido son la teoría de Vygotsky y la teoría de Bronfenbrenner.

La teoría de Bronfenbrenner, publicada en 1979, describe la ecología del desarrollo humano y defiende la importancia de considerar el contexto en el que se desarrollan los seres humanos. Según esta teoría, los individuos se desarrollan en diferentes contextos que influyen en su desarrollo, como la familia, la escuela, la comunidad y la cultura. Estos contextos determinan los roles, los tipos de aprendizaje y las actitudes que adquiere el individuo.

La perspectiva etológica en la psicología evolutiva nos permite comprender el comportamiento humano a través del estudio del comportamiento animal. La teoría del apego es uno de los aspectos más relevantes estudiados desde esta perspectiva, ya que nos ayuda a entender cómo se forman los vínculos emocionales desde la infancia y cómo influyen en nuestra vida adulta. Además, esta perspectiva se complementa con otras teorías, como la teoría contextual, que consideran el contexto social y cultural en el que se desarrolla el individuo.

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