Una de las cualidades más valoradas en el ámbito laboral es la competitividad. Las empresas consideran que los retos solo pueden superarse con un espíritu tenaz y hambre de superación. Sin embargo, ser una persona competitiva tiene su lado positivo y negativo. En este artículo, exploraremos qué significa ser competitivo, sus ventajas y desventajas, y cómo sacarle el mejor partido a esta característica.
¿Qué significa ser competitivo?
En el ámbito laboral, ser competitivo se refiere a aquellas personas que aceptan los retos, no se rinden y les gusta superarse constantemente. Son profesionales proactivos, ávidos de aprendizaje, seguros de sí mismos y con tendencia al liderazgo. Estas características los hacen sumamente atractivos en puestos de trabajo que implican un alto nivel de exigencia para cumplir con objetivos.
¿Por qué es bueno ser competitivo?
Existen varias razones por las cuales ser competitivo puede ser beneficioso:
- Éxito: Ser competitivo te ayuda a lograr lo que te propones, ya que siempre apuntas tus esfuerzos hacia el logro de objetivos. Incluso, tus finanzas pueden mejorar notablemente.
- Creatividad: La competitividad te impulsa a planificar nuevas ideas para superar obstáculos en cada proyecto laboral.
- Autoestima: Cada vez que veas el resultado de tu esfuerzo, tu autoestima se fortalecerá, lo que te convertirá en una persona más optimista.
- Proactividad: La competitividad te aleja de la indiferencia y te impulsa a tomar acción en busca de los retos. La pasividad no es una opción.
- Autoevaluación: Ser competitivo te lleva a evaluarte a ti mismo, identificar tus fortalezas y áreas de oportunidad, y buscar estrategias para mejorar. Además, creerás firmemente en lo que sabes, potencializando al máximo tus habilidades.
¿Cuál es el lado negativo de la competitividad?
Aunque ser competitivo puede tener muchas ventajas, también puede convertirse en un problema si no se maneja adecuadamente:
- Corrupción de valores: El deseo de alcanzar metas puede llevar a corromper valores como la honestidad, el respeto y las normas morales.
- Perjuicio a otros: Una persona muy competitiva puede volverse egoísta y hacer que sus compañeros, jefes o clientes se sientan incómodos a su lado.
- Afectación a la salud: El esfuerzo frenético por conseguir la admiración de los demás puede afectar la salud física y emocional, haciéndote sentir constantemente insuficiente.
- Enfoque únicamente en el resultado: Es posible que no seas capaz de valorar el esfuerzo y la energía invertida en la consecución de un objetivo, y solo des importancia si el resultado es el esperado.
¿Cómo sacarle el mejor partido a la competitividad?
Si deseas aprovechar al máximo tu competitividad, te recomendamos seguir estos consejos:
- Satisfacción personal: Busca la satisfacción en el logro de tus objetivos y en el trabajo en equipo, en lugar de buscar ser más que los demás.
- Metas realistas: Establece metas que no perjudiquen a tus compañeros y enfócate en cumplirlas. No pospongas el inicio de tus metas.
- Incrementa tus conocimientos: Participa en cursos, seminarios o lee libros relacionados con tu ámbito laboral. La formación académica te hará más competitivo en comparación con aquellos que no le dan importancia.
- Hábitos saludables: Crea rutinas saludables, como hacer ejercicio y comer de manera equilibrada. Con el tiempo, estos hábitos se convertirán en parte de tu vida.
- Fortalece tus cualidades: Identifica cuáles son tus cualidades que te hacen competitivo y trabaja en fortalecerlas.
Ser una persona competitiva puede ser una cualidad muy valorada en el ámbito laboral, siempre y cuando no afecte a otros ni a ti mismo. Si sigues las recomendaciones mencionadas, podrás convertirte en un buen prospecto laboral en cualquier empresa, aprovechando al máximo tu competitividad.
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Pilar Benítez, traductora jurada y amante del poder de la palabra.
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