Las relaciones de pareja son una parte fundamental de nuestras vidas y pueden tener un impacto significativo en nuestro bienestar emocional y mental. Sin embargo, no todas las relaciones son saludables y hay ocasiones en las que las parejas pueden volverse tóxicas. En este artículo, exploraremos las diferentes etapas de una relación tóxica y cómo afectan a las personas involucradas desde una perspectiva psicológica.
Cuánto dura una relación tóxica
Las relaciones tóxicas generalmente siguen tres etapas: idealización, devaluación y descarte. Estas etapas pueden variar en duración dependiendo de cada relación, pero es importante comprender cómo se desarrollan y cómo afectan a la persona que está en la relación.
Idealizar
La primera etapa de una relación tóxica es la idealización. Durante esta fase, la pareja tóxica bombardea a su compañero con amor y afecto excesivo. Pueden hacer grandes gestos, como regalos lujosos o planificar vacaciones sorpresa. Sin embargo, detrás de estos gestos aparentemente amorosos se esconde un propósito manipulador: atrapar a la otra persona en la relación para evitar que se vaya.
Tener en cuenta que la fase de idealización no está exenta de abuso emocional. La pareja tóxica puede aprovecharse de los miedos y las vulnerabilidades de su compañero, recolectando información para utilizarla en su contra en etapas posteriores de la relación.
Devaluar
Una vez que la pareja tóxica ha asegurado el compromiso de su compañero, comienza la fase de devaluación. Durante esta etapa, la pareja tóxica emplea tácticas de abuso emocional para minar la autoestima y el bienestar de su compañero. Pueden hacer comentarios despectivos sobre su aspecto físico, sus metas en la vida o utilizar información personal compartida durante la fase de idealización en su contra.
Además, la pareja tóxica puede intentar aislar a su compañero de amigos y familiares, triangulando y diciendo mentiras para crear conflictos y separar a la persona de su red de apoyo. También pueden establecer demandas inalcanzables y constantemente cambiar las reglas del juego, culpando a su compañero por cualquier problema en la relación.
Descartar
La etapa final de una relación tóxica es el descarte. En esta etapa, la pareja tóxica puede intentar atraer de nuevo a su compañero con promesas de cambio y mejoras en la relación. Sin embargo, tener en cuenta que estas promesas rara vez se cumplen y la relación seguirá siendo disfuncional.
En algunos casos, la pareja tóxica puede engañar a su compañero con otras personas, especialmente si tienen tendencias narcisistas. También es común que idealicen a sus ex parejas y los comparen desfavorablemente con su compañero actual. La pareja tóxica puede terminar la relación de forma definitiva o simplemente desaparecer sin dejar rastro.
Una de las mejores formas de lidiar con una relación tóxica es evitar o limitar el contacto con la pareja tóxica. Es importante cuidar de uno mismo y rodearse de personas emocionalmente sanas. Además, buscar apoyo profesional de un terapeuta o psicólogo puede ser de gran ayuda para superar los efectos de una relación tóxica.
Qué dicen los expertos sobre las relaciones tóxicas
Las relaciones tóxicas son un tema común en la terapia de pareja y los expertos en psicología han identificado diferentes características que distinguen una relación tóxica de una relación saludable.
En una relación saludable, existen cinco pilares fundamentales: admiración, confianza, respeto, aceptación y comunicación. Estos pilares son la base para un crecimiento individual y mutuo en la relación. Es esencial que ambos miembros de la pareja se sientan libres de ser ellos mismos y que la relación sea un espacio seguro y de apoyo.
Por otro lado, una relación tóxica se caracteriza por generar sentimientos negativos, ansiedad y esfuerzo constante para que funcione. Puede socavar la autoestima de una persona y provocar conflictos constantes. Además, una relación tóxica puede surgir cuando los objetivos y valores de ambos miembros de la pareja no están alineados, lo que genera frustración y angustia.
Es importante destacar que una relación tóxica no siempre implica que una de las personas sea tóxica o mala. En algunos casos, la relación en sí misma es tóxica para uno o ambos miembros debido a la falta de compatibilidad o la incapacidad de satisfacer las necesidades emocionales de cada persona.
Reconocer y salir de una relación tóxica puede ser un desafío, pero es esencial para el bienestar emocional y mental de las personas involucradas. Buscar apoyo profesional y rodearse de personas saludables puede ayudar a superar los efectos negativos de una relación tóxica y construir relaciones más saludables en el futuro.
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