Objeto transicional en psicología: seguridad y consuelo

El objeto transicional es un elemento elegido por el bebé como su compañero y fuente de placer o consuelo cuando comienza a experimentar la separación de su figura principal de apego, generalmente la madre. Este objeto puede ser cualquier elemento que el niño elija de manera arbitraria, como un peluche o una mantita. En este artículo, exploraremos en detalle este concepto, discutiremos qué sucede si no hay objeto transicional y hasta qué punto es normal que el niño lo conserve.

Contenido

Qué es el objeto transicional

El concepto de objeto transicional fue desarrollado por el pediatra y psicoanalista inglés Donald Winnicott en el siglo XX. Se define como un objeto material con el cual el bebé desarrolla una relación de apego entre los cuatro y seis meses de vida. Este objeto cumple funciones psicológicas importantes, como brindar placer y seguridad cuando la figura de apego principal está ausente. Por lo tanto, el niño busca este objeto cuando necesita consuelo, enfrenta situaciones nuevas o se va a dormir.

Los objetos transicionales pueden ser diversos, como peluches, muñecos, mantitas, trapos, juguetes, entre otros. Lo importante es que el objeto tenga cierta textura para que el bebé sienta que se mueve, tiene vida propia o irradia calor. Según María Concepción Moliner Robredo, en un artículo publicado por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), el objeto transicional representa una zona intermedia entre la realidad interna y externa del niño.

Por qué es transicional

El término transicional se refiere a que el objeto aparece en un momento en que el niño comienza a reconocer la existencia del entorno exterior. Es el primer objeto que el niño reconoce como parte de una realidad intermedia entre lo subjetivo (parte de sí mismo) y lo objetivo (entorno exterior). Aunque el niño no ve el objeto como parte del entorno exterior, sí comprende que no es su propio cuerpo.

Además del objeto transicional, existen fenómenos transicionales que son conductas habituales en los bebés, como chuparse el dedo, acariciarse el pelo o balancearse. Estas conductas cumplen la misma función de buscar consuelo y seguridad.

Lo más importante de los objetos y fenómenos transicionales es su carácter simbólico. Representan el paso necesario de lo subjetivo a lo objetivo durante una etapa del desarrollo en la que la figura de apego, generalmente la madre, permite que el niño desarrolle esa zona intermedia entre su realidad interna y externa, lo cual es fundamental para su desarrollo.

La necesidad del objeto transicional

No es imprescindible que todos los niños tengan un objeto transicional. Algunos no llegan a necesitarlo, lo cual también es normal. Sin embargo, la mayoría de los niños sí lo adoptan, y esto forma parte de su desarrollo natural. La elección del objeto es completamente arbitraria y no se debe intentar imponer o cambiarlo. Es un objeto personal para el niño, y hasta su olor juega un papel importante. Por lo tanto, se recomienda lavarlo solo si está muy sucio y tener cuidado de que el niño no lo vea dentro de la lavadora o secándose de forma inadecuada, ya que esto podría causarle ansiedad.

El objeto transicional, que representa a la figura de apego y es un sustituto de la madre, también abre la puerta a la experiencia del juego y la fantasía. Es un refugio para el niño y se mantiene presente a lo largo de su vida, manifestándose en diferentes formas como el juego, el arte, la creatividad y la fantasía.

Qué son los objetos transitorios

Los objetos transitorios son posesiones elegidas por los niños que les brindan seguridad y comodidad. Por lo general, son objetos suaves que se pueden abrazar, como un osito de peluche o una manta, que se utilizan para tranquilizarse durante momentos de transición. Estos objetos son un sistema de apoyo emocional que proporciona seguridad al niño cuando experimenta ansiedad por separación o situaciones inciertas, como comenzar la escuela o dormir en una cama nueva.

Es común que los padres y cuidadores tengan preguntas sobre los objetos transitorios. ¿Por qué mi hijo eligió ese objeto? ¿Es saludable su apego a ese objeto? ¿Qué sucede si no puede llevarlo consigo a algún lugar? En este sentido, es importante destacar que los objetos transitorios son saludables, con algunas consideraciones de uso adecuado.

Una breve historia de los objetos transitorios

Los objetos transitorios han sido mencionados en la cultura popular a lo largo de la historia. Sin embargo, uno de los ejemplos más conocidos es la manta de Linus en las caricaturas de Charlie Brown y Snoopy. Esta imagen ayudó a popularizar el concepto de objetos transitorios en la década de 1950. El Dr. Donald Woods Winnicott, pediatra y psicoanalista, acuñó el término objeto transicional en 1953 para resaltar la importancia de que los bebés y niños pequeños elijan su propio objeto transicional. Este objeto representa una conexión entre el cuidador principal y el entorno exterior, y su uso es un paso importante en el desarrollo del niño.

Prácticas recomendadas para los objetos transitorios

El uso de objetos transitorios suele comenzar alrededor de los 4-6 meses de edad y puede continuar hasta los 24-36 meses. Los psicólogos sugieren que los padres pueden fomentar una relación saludable entre el niño y su objeto transicional colocándolo cerca cuando el niño se sienta ansioso. Es importante recordar que cuando el niño recurre a su objeto transicional en busca de seguridad y consuelo, está dando un paso hacia la independencia emocional. No hay motivo de preocupación si el niño se apega a su objeto transicional, ya que esto no indica debilidad o inseguridad, sino un desarrollo emocional normal.

objeto transicional psicologia - Qué son los objetos transitorios

Algunas prácticas recomendadas para potenciar el uso de objetos transitorios incluyen:

  • Si es posible, tener dos versiones del objeto transicional para facilitar su lavado o en caso de pérdida.
  • Si la escuela o guardería no permite llevar objetos personales, se puede establecer un ritual de despedida y prometer al objeto transicional que se verá después del almuerzo, explicando que cada lugar tiene reglas diferentes.
  • No utilizar el objeto transicional como castigo, ya que esto puede aumentar la ansiedad del niño.
  • No preocuparse si el niño conserva el objeto transicional a largo plazo. Es común que los adultos conserven objetos transicionales de su infancia, y aproximadamente el 25% de las mujeres llevan sus objetos transicionales a la universidad.

El objeto transicional en psicología es un elemento que el niño elige como compañero y fuente de placer o consuelo durante la separación de su figura principal de apego. Aunque no es necesario que todos los niños tengan un objeto transicional, es una fase normal del desarrollo. Estos objetos cumplen una función simbólica importante y permiten que el niño experimente el juego, la fantasía y la expresión emocional. Los objetos transitorios son una herramienta valiosa para que los niños se sientan seguros y cómodos durante momentos de transición. Siguiendo las prácticas recomendadas, los padres pueden fomentar una relación saludable entre el niño y su objeto transicional.

Consultas habituales sobre los objetos transicionales

¿Es necesario que todos los niños tengan un objeto transicional?

No, no es necesario que todos los niños tengan un objeto transicional. Algunos niños no llegan a necesitarlo, y esto también es normal. La elección del objeto es arbitraria y personal para cada niño.

¿Qué ocurre si mi hijo no tiene un objeto transicional?

Si tu hijo no tiene un objeto transicional, no hay motivo de preocupación. Algunos niños encuentran otras formas de buscar consuelo y seguridad, como chuparse el dedo o acariciarse el pelo. Lo importante es que el niño encuentre una manera de lidiar con la separación de su figura principal de apego.

¿Hasta cuándo es normal que el niño conserve su objeto transicional?

No hay una edad específica en la que se espera que el niño deje de usar su objeto transicional. Algunos niños lo conservan hasta los 2 o 3 años, mientras que otros lo abandonan antes. Es importante respetar la elección del niño y no presionarlo para que lo deje.

¿Es saludable el apego de mi hijo a su objeto transicional?

Sí, el apego de tu hijo a su objeto transicional es saludable. El objeto transicional cumple una función importante al brindarle seguridad y consuelo durante momentos de transición. No hay motivo de preocupación por este apego.

¿Puedo lavar el objeto transicional de mi hijo?

Sí, puedes lavar el objeto transicional de tu hijo si está sucio. Sin embargo, tener cuidado de que el niño no vea el objeto dentro de la lavadora o secándose de forma inadecuada, ya que esto podría causarle ansiedad.

¿Qué hacer si mi hijo quiere llevar su objeto transicional a la escuela o guardería?

Si la escuela o guardería no permite llevar objetos personales, puedes explicarle a tu hijo que cada lugar tiene reglas diferentes y establecer un ritual de despedida. Prométele al objeto transicional que lo verá después del almuerzo para tranquilizar al niño.

El objeto transicional en psicología es una herramienta importante para que los niños se sientan seguros y cómodos durante momentos de transición. Aunque no es necesario que todos los niños tengan un objeto transicional, es una fase normal del desarrollo. Estos objetos cumplen una función simbólica y permiten que el niño experimente el juego, la fantasía y la expresión emocional. Siguiendo las prácticas recomendadas, los padres pueden fomentar una relación saludable entre el niño y su objeto transicional. Recuerda respetar la elección del niño y no preocuparte si conserva el objeto a largo plazo, ya que esto es común en muchos adultos.

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