El nacimiento es un evento crucial en la vida de cualquier persona, ya que marca el comienzo de nuestra existencia fuera del útero materno. Es durante este proceso que nos separamos de nuestra madre y perdemos la comodidad y seguridad que nos brindaba. El bebé pasa de un estado de completud, donde todas sus necesidades son satisfechas sin esfuerzo, a uno de separación-individuación, donde comienza a desarrollar su identidad como un ser separado de sus progenitores.
Este proceso de separación-individuación puede resultar difícil y traumático para el bebé, ya que implica grandes cambios y el enfrentamiento de situaciones desconocidas. A medida que el niño se separa gradualmente de su madre, experimenta miedo y temor a no poder alcanzar sus propias habilidades y a perder el amor y cuidado de su madre.
Es importante destacar que la separación no se refiere únicamente a la separación física de la madre y el bebé, sino a la capacidad del bebé para diferenciarse y convertirse en una entidad separada y autónoma. Esta individuación es fundamental para el desarrollo de la identidad del niño.
El bebé depende completamente de sus cuidadores, generalmente su madre, para satisfacer sus necesidades básicas. La madre se convierte en su principal referencia del entorno exterior y el bebé depende de ella para su bienestar integral. El nacimiento psicológico del niño está estrechamente relacionado con la posibilidad de construirse como individuo en un entorno saludable y facilitador.
El proceso de adaptación y la pérdida
Desde el momento en que el bebé se encuentra en el útero materno, ya está experimentando pérdidas. El paso del entorno intrauterino al entorno exterior constituye un trauma inevitable y el psiquismo del bebé debe adaptarse y gestionar esta angustia primordial.
A lo largo de la vida, el ser humano experimenta múltiples pérdidas, como la pérdida de la infancia, de seres queridos, de trabajos, de relaciones, entre otras. El desarrollo evolutivo implica la adquisición de nuevas características y la pérdida de otras.
El ser humano, en su intento por recuperar el estado de completud que ofrecía el útero materno, busca constantemente situaciones que le brinden satisfacción y bienestar. Este deseo de retorno al estado primitivo se refleja en diferentes aspectos de la vida, como el arte, la filosofía, la estética y la moral.
La simbiosis según Margaret Mahler
Margaret Mahler, una reconocida psicoanalista y pediatra, propuso un modelo teórico del desarrollo psicológico que incluye diferentes fases y subfases. Según Mahler, el nacimiento biológico y el nacimiento psicológico del bebé no ocurren al mismo tiempo, siendo este último un proceso lento y progresivo.
Mahler describe la fase de simbiosis como una unidad dual entre el bebé y la madre, donde el yo del bebé aún no se ha diferenciado del no-yo. En esta fase, el bebé experimenta una fusión con la madre y solo gradualmente comienza a comprender la diferencia entre el interior y el exterior.
La siguiente fase es la de separación-individuación, que ocurre entre los 5 y 36 meses de edad. Durante esta fase, el bebé comienza a diferenciarse de la madre y a adquirir cierta autonomía. Se divide en subfases, como la diferenciación, el ejercicio y la reaproximación, donde el bebé desarrolla gradualmente su identidad y experimenta la angustia de separación.
Es importante destacar que el proceso de separación-individuación es fundamental para el desarrollo de la identidad del niño. Si este proceso no se lleva a cabo de manera adecuada, el niño puede experimentar dificultades en su autonomía y dependencia excesiva de los demás.
El nacimiento psicológico es un proceso complejo que implica la separación del bebé del útero materno y el desarrollo de su identidad como un ser separado e independiente. Durante este proceso, el bebé experimenta angustia y miedo a perder el amor y cuidado de su madre. Es importante que este proceso de separación-individuación se lleve a cabo de manera adecuada y en un entorno saludable para que el niño pueda desarrollarse de manera óptima.
La teoría de Margaret Mahler nos proporciona un marco teórico para comprender el desarrollo psicológico del niño y la importancia de la separación-individuación en la construcción de la identidad. A lo largo de la vida, el ser humano experimenta múltiples pérdidas y busca constantemente situaciones que le brinden satisfacción y bienestar. El deseo de retorno al estado primitivo de completud perdida se refleja en diferentes aspectos de la vida.
El nacimiento psicológico y el proceso de separación-individuación son fundamentales para el desarrollo de la identidad y el bienestar emocional de cada individuo. Es importante comprender y acompañar este proceso en los niños, brindándoles un entorno seguro y facilitador para su crecimiento y autonomía.
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