Los mecanismos de defensa son estrategias psicológicas que utilizamos para protegernos de situaciones amenazantes o dolorosas. En la psicología humanista, los mecanismos de defensa se ven desde una perspectiva diferente a la del psicoanálisis, ya que se consideran como interrupciones en el proceso de conciencia y darse cuenta. Estos mecanismos, también conocidos como mecanismos neuróticos, son autointerrupciones en el ciclo de la experiencia y pueden evitar que nos enfrentemos a la realidad y a nuestras emociones de manera saludable.
Generalidades
La psicología humanista ve al individuo y al ambiente como parte de un campo continuamente cambiante. Nuestra interacción con el ambiente debe ser fluida y adaptable para encontrar un equilibrio entre nuestras necesidades personales y las demandas sociales. Sin embargo, en ocasiones, surgen conflictos cuando no podemos distinguir cuáles son nuestras necesidades dominantes y no podemos satisfacerlas adecuadamente. Esto puede llevar a la neurosis, que se define como un déficit de contacto, es decir, la incapacidad de satisfacer nuestras necesidades y tomar conciencia sensorial y motora.
La neurosis se desarrolla cuando no modificamos nuestras técnicas de manipulación e interacción con el ambiente, lo que nos impide establecer un buen contacto o retraernos de manera adecuada. Para protegernos de un entorno avasallador, la neurosis se convierte en una estrategia defensiva que nos permite encontrar y mantener el equilibrio entre nosotros mismos y el ambiente.
Mecanismos de Defensa Principales
En la psicología humanista, se han identificado cuatro mecanismos de defensa principales:
Introyección
La introyección es el mecanismo por el cual incorporamos dentro de nosotros mismos patrones, actitudes y modos de actuar y pensar que son ajenos. En este mecanismo, el límite de contacto entre nosotros y el entorno exterior se vuelve tan hacia nosotros mismos que nos hacemos responsables de lo que es parte del ambiente. En lugar de digerir y asimilar lo que viene de afuera de manera selectiva, lo tragamos íntegramente, convirtiéndolo en una parte de nosotros mismos. Esto puede llevar a la desintegración de nuestra personalidad, ya que convivirán dos conceptos incompatibles.
Proyección
La proyección es el mecanismo opuesto a la introyección. En este caso, hacemos responsable al ambiente de lo que se origina en nosotros mismos. No tragamos, sino que escupimos lo que no aceptamos de nosotros mismos y lo colocamos en los demás. Rechazamos nuestros impulsos y los atribuimos a los demás, incluso rechazamos la parte de nosotros que nos lleva a tener esos impulsos. En este mecanismo, el límite entre nosotros mismos y el ambiente se traslada a favor de nosotros mismos, lo que nos permite desposeernos y renunciar a los aspectos difíciles y ofensivos de nuestra personalidad.
Confluencia
En la confluencia, las partes y el todo se vuelven indistinguibles. Nos sentimos uno con el ambiente y somos incapaces de distinguir dónde terminamos nosotros y dónde comienzan los demás. Aunque los recién nacidos viven en un estado de confluencia, este estado debería diluirse con el tiempo a medida que nos identificamos de manera individual. Sin embargo, en ocasiones, este estado de confluencia se vuelve patológico, ya que exigimos similitud y negamos la tolerancia a las diferencias.
Retroflexión
En la retroflexión, nos convertimos en lo que nos gustaría hacer a los demás. En lugar de utilizar nuestra energía para manipular y cambiar el ambiente para satisfacer nuestras necesidades, nos orientamos hacia nosotros mismos y nos convertimos en el objetivo de nuestro propio comportamiento. En este mecanismo, el límite no se encuentra entre nosotros y el ambiente, sino que se traza en medio de nosotros mismos.
Estos mecanismos de defensa en la psicología humanista nos ayudan a protegernos de situaciones amenazantes y dolorosas. Sin embargo, también pueden evitar que nos enfrentemos a nuestras emociones y dificultar nuestro crecimiento personal. La terapia gestáltica busca ayudarnos a tomar conciencia de estos mecanismos y a encontrar formas más saludables de relacionarnos con nosotros mismos y con el ambiente.
Consultas habituales
- ¿Son los mecanismos de defensa patológicos?
- ¿Cómo afectan los mecanismos de defensa a nuestra relación con el ambiente?
- ¿Cómo podemos identificar y cambiar nuestros mecanismos de defensa?
Tabla Comparativa de los Mecanismos de Defensa
| Mecanismo de Defensa | Descripción |
|---|---|
| Introyección | Incorporación de patrones ajenos dentro de nosotros mismos |
| Proyección | Atribución de nuestros impulsos a los demás |
| Confluencia | Indistinguibilidad entre las partes y el todo |
| Retroflexión | Convertirse en lo que nos gustaría hacer a los demás |
Los mecanismos de defensa en la psicología humanista son estrategias que utilizamos para protegernos de situaciones amenazantes o dolorosas. Estos mecanismos pueden ser útiles en ciertas situaciones, pero también pueden limitar nuestro crecimiento personal. Es importante tomar conciencia de estos mecanismos y encontrar formas más saludables de relacionarnos con nosotros mismos y con el ambiente.
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