A veces nos encontramos con que una persona cercana a nosotros está pasando por una situación difícil que le genera malestar, sufrimiento o angustia. Nos gustaría ayudarle, pero no sabemos cómo hacerlo. Creemos que lo mejor sería que acudiera a un psicólogo, pero no sabemos cómo sugerírselo sin que se sienta ofendido, juzgado o rechazado.
Decirle a alguien que necesita ir al psicólogo es un tema delicado y sensible, que requiere de tacto, empatía y respeto. No se trata de imponer nuestra opinión, sino de ofrecer una alternativa que pueda beneficiarle y contribuir a su bienestar. Tampoco se trata de criticar o culpabilizar a la persona, sino de mostrarle nuestro apoyo y comprensión.
¿Qué resistencias te puede poner alguien al sugerirle ir al psicólogo?
Ir al psicólogo es una decisión que puede generar muchas dudas y temores en algunas personas. A pesar de que la psicología es una ciencia que tiene como objetivo ayudar a mejorar la salud mental y el bienestar de las personas, todavía existen muchos prejuicios y mitos que dificultan la búsqueda de ayuda profesional. Algunas de las resistencias más comunes que puede poner alguien al sugerirle ir al psicólogo son:
- Negar que tenga un problema o minimizar su gravedad.
- Sentir vergüenza, culpa o miedo de reconocer que necesita ayuda.
- Tener prejuicios o falsas creencias sobre lo que significa ir al psicólogo o lo que hace un psicólogo.
- Pensar que puede resolver sus problemas por sí mismo o con el apoyo de sus familiares o amigos.
- Temer que el psicólogo le juzgue, le manipule o le medique.
- No confiar en la eficacia de la terapia o en la profesionalidad del psicólogo.
- No disponer de recursos económicos, tiempo o acceso a un psicólogo.
¿Cuál es la mejor forma de decirle a alguien que debería ir al psicólogo?
No hay una forma única o infalible de decirle a alguien que debería ir al psicólogo, pero hay algunos consejos que pueden facilitar esta conversación y hacerla más respetuosa y empática. Algunos expertos han tratado este tema, y estas son algunas recomendaciones que puedes tener en cuenta:
El libro ‘Cómo hacer que te pasen cosas buenas’ de la psiquiatra Marian Rojas Estapé, explica cómo animar a una persona a acudir a terapia psicológica y qué beneficios puede obtener de ella. Una de las conclusiones de la experta es que la terapia puede ayudar a mejorar la autoestima, la resiliencia, la inteligencia emocional y la felicidad de las personas, y que se debe abordar el tema con empatía, respeto y confianza.
Un estudio publicado en 'National Library of Medicine' analiza las estrategias más efectivas para sugerir a alguien que busque ayuda profesional. El metanálisis señala que las intervenciones basadas en la motivación, la educación y el apoyo social son las más eficaces para aumentar la aceptación y que se debe tener en cuenta el contexto y las preferencias de cada persona.
El psicólogo Nahum Montagud Rubio establece que se debe evitar la presión, el juicio y el consejo no solicitado, y que se debe escuchar, comprender y acompañar a la persona, ofreciéndole información sobre los beneficios de la terapia y facilitándole el acceso a un profesional adecuado.
5 consejos para decirle a alguien que le iría bien ir al psicólogo y evitar que se moleste
Decirle a alguien que debería ir al psicólogo no es fácil, y aunque puede ser de grata ayuda para su bienestar, la decisión final siempre debe ser suya, y debes respetarla sea cual sea. es importante hablar de ir a terapia como una parte normal de la vida, defiende la psicóloga licenciada Karol Darsa.
Para facilitar esta conversación, podemos seguir algunos consejos de expertos que nos ayuden a abordar el tema de la forma más adecuada posible.
- Elige el momento y el lugar adecuados. No es lo mismo hablar de este tema en medio de una discusión, que en un ambiente tranquilo y privado. Busca un momento en el que la persona esté receptiva y dispuesta a escucharte, y un lugar en el que no haya distracciones ni interrupciones. Evita hacerlo por teléfono o por mensaje.
- Escúchale y sé empático. Antes de proponerle ir al psicólogo, es importante que le escuches con atención y le muestres tu interés y preocupación por su situación. Valida sus sentimientos y reconoce su esfuerzo por afrontar sus problemas. Usa un lenguaje empático, respetuoso y no estigmatizante, evitando términos como ‘loco’ o ‘enfermo’.
- Explícale el propósito de la terapia. Si opone resistencia por falsas creencias o prejuicios sobre lo que significa ir al psicólogo, es importante que le expliques qué es la terapia, para qué sirve y cómo puede ayudarle. Infórmate antes y destaca los beneficios de contar con un profesional que le ofrezca herramientas para mejorar su bienestar.
- Ofrece información sobre los recursos disponibles. Aporta varias opciones, tanto públicas como privadas, y facilítale el acceso a ellos, por ejemplo, ayudando a buscar un profesional adecuado o a concertar una cita.
- Ofrécete como su compañía. Ir al psicólogo por primera vez puede generar nerviosismo o ansiedad. Por eso, puedes ofrecerte a acompañarle en la primera sesión o a esperarle fuera si lo prefiere. Así le demostrarás tu apoyo y tu compromiso con su proceso terapéutico.
Cómo decir que vas a terapia
Lamentablemente, algunos padres todavía siguen creyendo que ir a un psicólogo es sinónimo de “estar loco” o de tener una enfermedad mental, lo cual genera ansiedad, miedos e inseguridad en las personas que se animan a iniciar un proceso terapéutico, quienes terminan desistiendo de ir a terapia.
Para poder comunicar a tu familia que necesitas apoyo profesional, te mostramos algunos consejos:
Habla directamente con tus padres: La mejor forma es decirles tu decisión sin rodeos. quiero ir a terapia psicológica porque lo necesito. Si lo deseas, puedes contarles sutilmente el motivo por el cual quieres asistir y cómo afecta a tu vida, pero sin necesidad de dar mucha información.
No des muchas explicaciones: Inhala y exhala, una de las grandes causas del estrés y la ansiedad es la frustración por no expresar de manera correcta los sentimientos o por el hecho de dar explicaciones. No dejes que esa ansiedad te controle al decirle a tus padres que necesitas ir al psicólogo. Si te piden alguna razón, solo diles que no te sientes bien y no sabes cómo explicárselo, pero que es algo que necesitas solucionar.
No les dejes hacerte sentir mal: Esto va especialmente dirigido a los casos de familias negativas, incomprensivas o intolerantes. Si tus padres o cualquier otro miembro de tu familia comienzan a cuestionarte tu decisión, no los dejes hacerte sentir mal. Levántate sin enojarte, aclara que no cambiarás tu decisión porque es algo personal, que no tiene nada que ver con ellos y retírate tranquilamente. Realiza un par de inhalaciones profundas y realiza una actividad que te relaje. Pero no cambies tu decisión. Ya llegaste hasta ahí, no retrocedas.
No dejes que minimicen tus problemas: Puede que ocurra otra situación relacionada con lo anterior, pero que en lugar de hacerte sentir mal, pueden restarle importancia a tus problemas con frases del tipo: sentirse inseguro es común a tu edad, estamos en una época dónde todos sentimos ansiedad, échale ganas o ¿qué hice mal como mamá/papá para que te sientas así?, ¿acaso no te di de todo?. Tristemente, son frases reales que nos platican nuestros pacientes. Es importante mostrarles que deseas platicar con un especialista para crecer y trabajar en ti de una forma más profunda, y que tu objetivo es conocerte mejor y lograr mayor bienestar contigo y para apoyar a los demás.
Elige un buen momento: No es lo mismo hacerlo justo después de un mal día que cuando estén relajados. Busca un momento en el que haya más posibilidades de tener toda su atención y que te escuchen abiertamente.
Recuerda que cada persona es diferente y puede reaccionar de manera distinta, por lo que es importante adaptar estos consejos a la situación y a la personalidad de la persona a la que le sugerimos ir al psicólogo. Lo más importante es mostrarle nuestro apoyo, respeto y comprensión, y recordarle que no está solo y que buscar ayuda profesional puede ser un paso valiente y positivo hacia su bienestar emocional.
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