La influencia de la inteligencia emocional en la educación

En las últimas décadas, se ha demostrado a través de diversas investigaciones en neurociencia que las estrategias que involucran la inteligencia emocional pueden mejorar significativamente los procesos de enseñanza y aprendizaje. Rafael Bisquerra Alzina, presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB) y director del Posgrado en Educación Emocional y Bienestar y del Posgrado en Inteligencia Emocional en las Organizaciones de la Universitat de Barcelona, ha investigado ampliamente el papel de las emociones en el aprendizaje.

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¿Qué papel tienen las emociones en el aprendizaje?

Las investigaciones han demostrado que la emoción y la cognición están estrechamente relacionadas y son inseparables en el proceso de aprendizaje. Esto se debe a que las emociones influyen en la capacidad de razonamiento, la memoria, la toma de decisiones y la actitud para aprender. Según Bisquerra, aprendemos aquello que realmente queremos aprender, es decir, aquello que consideramos importante para nuestra vida y supervivencia. Por otro lado, aquello que consideramos no importante, no nos interesa y lo olvidamos.

De esta forma, se puede concluir que emoción y motivación son anverso y reverso de la misma moneda. La motivación surge del valor que le atribuyas a aprender algo, ya sea por el placer intrínseco de aprenderlo o por su utilidad para alcanzar otros objetivos. Estar motivado implica dedicar más atención, tiempo y esfuerzo a algo, lo que a su vez facilita el proceso de aprendizaje y la consolidación de los conocimientos en la memoria.

Emociones que benefician o dificultan el aprendizaje

Se ha comprobado que existen emociones que potencian el aprendizaje y otras que lo obstaculizan. Las emociones que benefician el aprendizaje son la seguridad, el entusiasmo, la alegría, la expectación y el asombro, la sensación de triunfo, la curiosidad. Por otro lado, las emociones que dificultan el aprendizaje son el miedo, la ansiedad, la tensión, la ira y el enfado, la culpa, el aburrimiento, la envidia y los celos.

La Inteligencia Emocional es la habilidad para manejar los sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios pensamientos y acciones. Desarrollarla desde temprana edad es esencial, ya que nos ayuda a superar obstáculos, a gestionar las diferentes situaciones de la vida de manera adaptativa, resolutiva y positiva, y aumenta nuestro bienestar personal y social.

Según Goleman, la Inteligencia Emocional forma parte del desarrollo integral de la persona. El éxito personal depende en un 10% del Cociente Intelectual y en un 90% de la inteligencia emocional y del entorno familiar. Esto demuestra la importancia de cultivar esta habilidad desde la infancia.

inteligencia emocional y educación psicología - Qué aporta la inteligencia emocional a la educación

En el ámbito educativo, la inteligencia emocional aporta numerosos beneficios. Algunos de ellos son:

  • Mejora del rendimiento académico: La inteligencia emocional ayuda a los estudiantes a gestionar sus emociones y a mantener un estado emocional óptimo para el aprendizaje.
  • Mejora de la relación con los demás: La inteligencia emocional facilita la empatía, la comunicación efectiva y la resolución de conflictos, lo que contribuye a crear un ambiente de aprendizaje positivo y colaborativo.
  • Fortalecimiento de la autoestima: La inteligencia emocional promueve el autoconocimiento, la aceptación de uno mismo y el desarrollo de una actitud positiva hacia uno mismo.
  • Desarrollo de habilidades de liderazgo: La inteligencia emocional ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades de liderazgo, como la capacidad de motivar a los demás, tomar decisiones efectivas y trabajar en equipo.

La inteligencia emocional desempeña un papel fundamental en el proceso de aprendizaje. Las emociones influyen en nuestra capacidad de razonamiento, memoria y toma de decisiones, por lo que es importante cultivar la inteligencia emocional desde temprana edad. En el ámbito educativo, la inteligencia emocional aporta numerosos beneficios, como mejorar el rendimiento académico, fortalecer las relaciones interpersonales y desarrollar habilidades de liderazgo. Por lo tanto, es fundamental integrar la inteligencia emocional en la educación, tanto en el currículo como en la formación de los docentes.

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