Experimentos psicología: límites éticos y comportamiento

En el campo de la psicología, los experimentos han sido una herramienta invaluable para comprender el comportamiento humano y descubrir patrones y tendencias. Sin embargo, a lo largo de la historia, ha habido experimentos que han desafiado los límites éticos y han planteado preguntas sobre la responsabilidad de los investigadores y el bienestar de los participantes. En este artículo, exploraremos tres de los experimentos más perturbadores de la historia de la psicología experimental.

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El experimento Milgram sobre la obediencia a la autoridad (1963)

Uno de los experimentos más conocidos y controvertidos es el experimento de Milgram sobre la obediencia a la autoridad. Realizado en 1963 por el psicólogo Stanley Milgram de la Universidad de Yale, este experimento buscaba investigar hasta qué punto las personas estaban dispuestas a obedecer órdenes de una autoridad, incluso si esas órdenes implicaban causar daño a otros.

En el experimento, se les dijo a los participantes que estaban participando en un estudio sobre la memoria y el aprendizaje. Se les asignó el papel de profesor y se les dijo que su tarea era administrar descargas eléctricas a un estudiante cada vez que respondiera incorrectamente a una pregunta. Sin embargo, los estudiantes eran en realidad actores que no recibían ninguna descarga eléctrica.

Lo perturbador del experimento fue que los participantes continuaron administrando descargas eléctricas cada vez más fuertes, a pesar de que los estudiantes suplicaban por su liberación y mostraban signos de angustia. De hecho, el 65% de los participantes llegaron a administrar la descarga máxima de 450 voltios, a pesar de que creían que estaban causando un dolor extremo.

Este experimento plantea preguntas sobre la responsabilidad individual y la influencia de la autoridad en nuestro comportamiento. También ha sido objeto de críticas éticas debido al estrés psicológico extremo que se infligió a los participantes.

El experimento de la prisión de Stanford (1971)

Otro experimento famoso que desafió los límites éticos es el experimento de la prisión de Stanford, realizado en 1971 por el profesor de psicología Philip Zimbardo. El objetivo de este experimento era investigar el efecto psicológico de la percepción de poder en un entorno simulado de una prisión.

Los participantes fueron divididos al azar en dos grupos: prisioneros y guardias. A los guardias se les dio la instrucción de mantener el orden en la prisión, pero sin usar violencia física. Sin embargo, rápidamente adoptaron un comportamiento autoritario y comenzaron a ejercer abuso psicológico sobre los prisioneros.

El experimento se salió de control rápidamente, y los participantes mostraron signos de angustia psicológica. Algunos prisioneros se revelaron, pero muchos aceptaron pasivamente el abuso de los guardias. El experimento fue interrumpido después de solo seis días, a pesar de que estaba programado para durar dos semanas.

Este experimento reveló cómo una situación o un sistema puede influir en el comportamiento de las personas, incluso convirtiendo a individuos buenos en perpetradores de abuso. Sin embargo, el experimento ha sido criticado por su falta de protección de los participantes y los daños psicológicos que sufrieron.

El experimento con el pequeño Albert (1920)

Uno de los experimentos más inquietantes de la historia de la psicología es el experimento con el pequeño Albert. Realizado en 1920 por el psicólogo John B. Watson, este experimento buscaba demostrar cómo se puede condicionar el miedo en un niño.

En el experimento, Watson expuso a un niño de 9 meses, conocido como el pequeño Albert, a diferentes estímulos, como animales y objetos. Después, cada vez que el niño tocaba un objeto en particular, se le asustaba con un ruido fuerte. Con el tiempo, el niño desarrolló miedo condicionado hacia los objetos que previamente no le causaban temor.

Este experimento plantea serias preocupaciones éticas debido al uso de un niño como sujeto de investigación y la exposición a situaciones que podrían haber causado angustia y miedo duradero. Aunque los resultados del experimento han sido ampliamente citados en la literatura de la psicología, hoy en día este tipo de experimentos serían considerados completamente prohibidos.

Los experimentos de psicología experimental han sido fundamentales para comprender el comportamiento humano, pero también han planteado preguntas éticas difíciles. A medida que avanzamos en nuestra comprensión de la ética en la investigación, es importante recordar la importancia de proteger a los participantes y garantizar su bienestar. A través de la reflexión sobre experimentos pasados, podemos aprender lecciones valiosas y asegurarnos de que los estándares éticos sigan evolucionando en el campo de la psicología.

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