La coordinación en psicología social es un concepto que se refiere a la capacidad de los individuos para trabajar juntos de manera efectiva y sincronizada. Es un aspecto fundamental en la interacción social, ya que permite el logro de metas comunes y el desarrollo de relaciones armoniosas. En este artículo, exploraremos los diferentes estilos de coordinación en psicología social y su importancia en diversos contextos.
¿Qué es la coordinación?
La coordinación se puede definir como la capacidad para realizar eficientemente los movimientos, de manera precisa, rápida y ordenada. Es decir, la coordinación es lo que nos permite mover de forma sincronizada todos los músculos implicados en una acción para realizarla de la manera más adaptada posible. Aunque la motricidad y el movimiento implican una gran cantidad de áreas cerebrales frontales, la principal estructura encargada de la coordinación es el cerebelo. Una mala coordinación puede impedir que vivamos con normalidad nuestro día a día. No es raro que esta sea una de las capacidades que más se deteriore con el envejecimiento, dificultando las actividades de la vida diaria. Afortunadamente, puede ser entrenada mediante estimulación cognitiva.
La práctica adecuada de los ejercicios de estimulación cerebral de CogniFit puede activar y fortalecer las diferentes capacidades cognitivas, como la coordinación. De hecho, hay estudios que demuestran las mejoras en coordinación de las personas mayores al usar CogniFit. Al practicar los juegos mentales de CogniFit, estimulamos un determinado patrón de activación neuronal. La activación repetida de este patrón puede ayudar a fomentar la creación de nuevas sinapsis y el fortalecimiento de las ya existentes. Esto nos permitiría reforzar y estimular esta y otras capacidades cognitivas. En cambio, si no entrenamos nuestra coordinación, nuestro cerebro ahorrará recursos, debilitando sus conexiones. De este modo, seríamos menos eficaces en las actividades que requieren de nuestra coordinación. Practicar diferentes juegos mentales puede ayudar mejorar nuestras capacidades cognitivas.
Psicomotricidad y coordinación
Cuando hablamos de coordinación, es importante diferenciarla de la psicomotricidad. La psicomotricidad es un término más amplio, ya que incluye aspectos motores, cognitivos, sociales y afectivos. Por tanto, no hace sólo referencia a la destreza con la que se lleva a cabo el movimiento, sino que también contempla la conciencia del propio cuerpo, la lateralidad, los conceptos espaciales, etc. Así, podemos hablar de diferentes tipos de psicomotricidad y de diferentes tipos de coordinación de manera más o menos independiente:
Tipos de psicomotricidad
- Motricidad gruesa: La motricidad gruesa hace referencia a los movimientos de grupos musculares grandes y generales (que implican la totalidad de nuestro cuerpo). Estos movimientos requieren más potencia que precisión, como podría ser el caso del desplazamiento, la posición y el equilibrio del cuerpo.
- Motricidad fina: La motricidad fina hace referencia al movimiento de grupos musculares pequeños y específicos (generalmente implican los músculos de la mano). Para llevarlos a cabo, hace falta más precisión que fuerza, como sería el caso de escribir, atarse los cordones, etc.
Tipos de coordinación
- Coordinación motriz: Coordinación de los diferentes músculos del cuerpo en función de lo que percibimos de todos nuestros sentidos. Se refiere a toda coordinación en su conjunto. Se relaciona principalmente con la motricidad gruesa e incluye los dos tipos que vemos a continuación.
- Coordinación ojo-mano: También es conocida como viso-motora y óculo-manual. Hace referencia a la capacidad de manejar las manos en función de lo que percibimos con los ojos. Por ejemplo, teclear en el ordenador. Es el tipo de coordinación que requiere la motricidad fina.
- Coordinación óculo-pédica: Hace referencia a la capacidad de manejar los pies en función de lo que percibimos con los ojos. Este sería el caso de chutar una pelota. También sería característico de la motricidad gruesa.
Ejemplos de coordinación
La coordinación es una capacidad esencial en diversos contextos, como el deporte, el trabajo, la educación y la vida diaria. A continuación, se presentan algunos ejemplos de situaciones en las que la coordinación es fundamental:
- En el deporte: correr, nadar, montar en bicicleta, chutar un balón, lanzar a canasta, batear una bola, entre otros.
- En el ámbito laboral: manejar maquinaria pesada, montar una mesa, realizar tareas que requieren precisión y coordinación.
- En el ámbito educativo: escribir, dibujar, recortar, tomar apuntes, redactar exámenes.
- En la conducción: coordinar los movimientos al conducir un vehículo, como pulsar los pedales en el momento adecuado, cambiar de marcha, girar el volante.
Trastornos asociados a la coordinación
Existen diversos trastornos y enfermedades que pueden afectar la coordinación de una persona. Algunos de ellos incluyen:
- Enfermedad de Parkinson
- Dislexia
- Disgrafía
- Esclerosis múltiple
- Trastorno del desarrollo de la coordinación
- Ataxia
- Traumatismos craneoencefálicos
- Tumores cerebrales
- Ictus
Estos trastornos pueden afectar la capacidad de una persona para coordinar sus movimientos de manera eficiente y pueden tener un impacto significativo en su vida diaria.
¿Cómo medir y evaluar la coordinación?
La evaluación de la coordinación es importante para comprender el estado de esta capacidad en un individuo. Existen pruebas y tests neuropsicológicos que pueden utilizarse para medir y evaluar la coordinación y otras habilidades cognitivas. Algunos de estos tests incluyen:
- Test de Sincronización UPDA-SHIF
- Test de Simultaneidad DIAT-SHIF
- Test de Coordinación HECOOR
- Test de Celeridad REST-HECOOR
- Test de Resolución REST-SPER
- Test de Indagación REST-COM
- Test de Decodificación VIPER-NAM
- Test de Reconocimiento WOM-REST
- Test de Procesado REST-INH
Estos tests pueden proporcionar información valiosa sobre el estado de la coordinación de una persona y ayudar a identificar posibles áreas de mejora.
Rehabilitar, mejorar y estimular la coordinación
La coordinación y otras habilidades cognitivas pueden ser mejoradas y rehabilitadas a través de programas de estimulación cognitiva. CogniFit ofrece una plataforma de entrenamiento cognitivo personalizado que puede ayudar a fortalecer la coordinación y otras capacidades cognitivas.
El programa de estimulación cognitiva de CogniFit se basa en la plasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar a lo largo de la vida. Al realizar ejercicios específicos diseñados para estimular la coordinación, se fortalecen las conexiones neuronales y se mejora el rendimiento cognitivo.
Es importante llevar a cabo un entrenamiento constante y adecuado para mejorar la coordinación. CogniFit ofrece herramientas de evaluación y rehabilitación para optimizar estas funciones cognitivas. Se recomienda dedicar al menos 15 minutos al día, dos o tres días a la semana, para obtener resultados óptimos.
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