El contrato psicológico: clave para reciprocidad entre personas y organizaciones

El contrato psicológico es un concepto fundamental en el ámbito laboral que se refiere a las expectativas mutuas entre un empleado y su empleador. En este artículo, exploraremos en qué consiste este contrato, su importancia y los diferentes tipos que existen.

Contenido

¿Qué es el contrato psicológico?

El contrato psicológico es la percepción que tienen tanto el empleado como el empleador en su relación laboral. Se basa en promesas y obligaciones recíprocas que forman parte de esta relación. Es importante destacar que este contrato va más allá de lo pactado formalmente, ya que implica expectativas de trato justo, oportunidades de crecimiento y adhesión a los valores de la organización.

El contrato psicológico, aunque suele ser implícito, es beneficioso compartirlo y darlo a conocer durante el proceso de selección y la inducción. Esto permite que ambas partes conozcan qué esperar y puedan ajustar sus expectativas y comportamientos en consecuencia.

Importancia del contrato psicológico

El contrato psicológico es clave para lograr y mantener la implicación y el compromiso tanto del empleado como de la empresa. Va más allá de los objetivos de producción y eficiencia, ya que busca satisfacer las necesidades de autorrealización del empleado y la fidelidad de la empresa.

Un contrato psicológico sólido tiene numerosas ventajas. Por un lado, fomenta el sentimiento de pertenencia del empleado hacia la organización, lo que se traduce en mayor motivación y orgullo por formar parte de ella. Además, contribuye a una menor rotación de personal y a una mayor retención del talento.

Otro aspecto relevante es el impacto del contrato psicológico en la salud de los empleados. Un ambiente de trabajo positivo y ameno reduce la probabilidad de enfermedades y accidentes laborales.

Tipos de contrato psicológico

Existen diferentes tipos de contrato psicológico, los cuales se clasifican en función de sus términos y condiciones:

  • Contrato relacional: se enfoca en las relaciones de proximidad, el sentimiento de pertenencia y el crecimiento personal y profesional. Busca la implicación a través de proyectos que permiten la autonomía y el desarrollo profesional.
  • Contrato transaccional: se centra en la compensación económica. Los empleados que aportan más, reciben más a cambio.

Además de esta clasificación, el contrato psicológico puede analizarse desde diferentes niveles de actuación:

  • Nivel individual: considera las experiencias personales y las expectativas laborales de cada empleado.
  • Nivel ocupacional: se relaciona con las responsabilidades y características específicas del rol laboral.
  • Nivel divisional: indica cómo se estructura la organización en áreas, subáreas o departamentos.
  • Nivel corporativo o integrativo: proporciona una visión global del sistema organizacional.

El desafío del contrato psicológico en un entorno dinámico

En la actualidad, los intereses y las motivaciones de las personas al elegir un trabajo han cambiado. Ya no se busca un empleo para toda la vida, sino que se valora el bienestar, el crecimiento y las oportunidades de desarrollo. Por lo tanto, la sostenibilidad del contrato psicológico depende de su capacidad para adaptarse a estos cambios.

Es fundamental mantener una comunicación fluida entre las partes implicadas, ya que siempre es posible renegociar condiciones, ajustar expectativas y aclarar posibles malentendidos.

Consultas habituales sobre el contrato psicológico

¿Qué sucede cuando se rompe el contrato psicológico?

Cuando se rompe el contrato psicológico, es decir, cuando alguna de las partes no cumple con las expectativas y compromisos acordados, puede generarse una falta de confianza y una disminución del compromiso y la implicación del empleado. Esto puede derivar en un deterioro del clima laboral y, en una mayor rotación de personal.

¿Cómo se relaciona el contrato psicológico con la reciprocidad entre personas y organizaciones?

El contrato psicológico se basa en la reciprocidad y la mutualidad. Ambas partes esperan recibir beneficios y cumplir con sus responsabilidades dentro de la relación laboral. Cuando esta reciprocidad se ve comprometida, puede surgir un desequilibrio que afecta la satisfacción y el compromiso de ambas partes.

¿Cómo se puede fortalecer el contrato psicológico?

Para fortalecer el contrato psicológico, es fundamental promover una cultura organizacional basada en la transparencia, la confianza y el respeto mutuo. Además, es importante asegurarse de que las expectativas y los compromisos sean claros y realistas desde el principio, y mantener una comunicación abierta y constante para ajustarlos si es necesario.

El contrato psicológico es un elemento esencial en la relación laboral entre empleados y empleadores. Su cumplimiento adecuado contribuye al compromiso, la motivación y el bienestar de los empleados, así como a la retención del talento y al éxito de la organización. Es fundamental comprender y gestionar este contrato de manera efectiva para mantener una relación laboral saludable y productiva.

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