Trastorno dismórfico corporal: síntomas y tratamiento

El trastorno dismórfico corporal, también conocido como BDD (por sus siglas en inglés, Body Dysmorphic Disorder), es una enfermedad psicológica que se caracteriza por una preocupación excesiva y obsesiva por un defecto percibido en la apariencia física. Las personas que sufren de BDD se centran en un rasgo específico de su cuerpo que consideran imperfecto, aunque en realidad puede ser inexistente o mínimo.

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Qué quiere decir trastorno dismórfico corporal

El trastorno dismórfico corporal se manifiesta en la preocupación excesiva y obsesiva por un defecto en la apariencia física. Esta preocupación puede afectar diferentes áreas corporales, aunque las más comunes son la piel, el cabello y la nariz. Algunas personas con BDD incluso pueden desarrollar cicatrices en la piel debido al arrancamiento de vello imaginario. Esta obsesión por la apariencia física puede llevar a las personas a someterse a múltiples cirugías plásticas con el fin de corregir estos defectos percibidos.

Se desconocen las causas exactas del trastorno dismórfico corporal, pero se cree que factores genéticos, químicos y ambientales pueden desempeñar un papel en su desarrollo. El tratamiento para el BDD generalmente incluye terapia cognitivo-conductual, terapia grupal y, en algunos casos, medicamentos.

Cuáles son los síntomas de la dismorfia muscular

La dismorfia muscular es un subtipo del trastorno dismórfico corporal en el cual las personas tienen una obsesión por tener una musculatura perfecta y definida. Estas personas se ven constantemente insatisfechas con su apariencia física y centran gran parte de su vida en lograr un cuerpo musculoso, a menudo a través de horas de ejercicio intenso y el uso de esteroides anabolizantes.

Los síntomas comunes de la dismorfia muscular incluyen:

  • Obsesión por el tamaño y la forma muscular
  • Realización de ejercicio extenuante durante horas y varios días a la semana
  • Uso de esteroides anabolizantes para aumentar la masa muscular
  • Exceso de consumo de proteínas e hidratos de carbono y reducción de grasas en la dieta
  • Desproporción corporal, con extremidades inferiores más delgadas que el resto del cuerpo
  • Posible presencia de otros trastornos alimentarios, como anorexia o bulimia
  • Posibles efectos secundarios de los esteroides anabolizantes, como impotencia, aumento del tamaño de las glándulas mamarias, alteraciones cardíacas y hepáticas, entre otros
  • Malestar físico y ansiedad cuando no se realiza actividad física durante más de 24 horas

El diagnóstico de la dismorfia muscular se realiza clínicamente, observando los síntomas y la obsesión por el físico musculoso. Es importante destacar que las personas con dismorfia muscular a menudo no son conscientes de su enfermedad y pueden considerar que su estilo de vida es saludable debido a su enfoque en el ejercicio y la dieta.

Tratamiento y medidas preventivas

El tratamiento para la dismorfia muscular generalmente es multidisciplinario e incluye terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual, y la ayuda de un nutricionista para reeducar sobre la alimentación y la relación con la actividad física. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para tratar los síntomas asociados, como la ansiedad y la depresión.

En cuanto a las medidas preventivas, no existen medidas específicas para prevenir la dismorfia muscular. Sin embargo, es importante fomentar una imagen corporal positiva y promover una relación saludable con el ejercicio y la alimentación desde una edad temprana. Si se sospecha que alguien cercano puede estar sufriendo de dismorfia muscular, es importante intentar hablar con él y alentarlo a buscar ayuda profesional.

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