Terapia de activación conductual: mejorando el estado de ánimo

La terapia de activación conductual (TAC) es una técnica utilizada por los terapeutas para tratar la depresión en niños y adolescentes. Se basa en la idea de que participar en actividades que generen sentimientos positivos puede mejorar el estado de ánimo de los pacientes. En este artículo, exploraremos en qué consiste la activación conductual, cómo se lleva a cabo y cuánto tiempo puede tomar para ver resultados. También veremos dos enfoques diferentes de la TAC y cómo superar los desafíos que puedan surgir durante el tratamiento.

Contenido

¿Qué es la activación conductual?

La activación conductual es un enfoque terapéutico que se centra en aumentar las actividades que pueden reducir la depresión en los niños y adolescentes. La investigación ha demostrado que participar en actividades que generen sentimientos positivos se convierten en refuerzos que inspiran a realizar más actividades similares.

En la TAC, el terapeuta trabaja con el paciente para identificar las cosas que valora y los pasos necesarios para alcanzarlas. Por ejemplo, si un adolescente valora pasar tiempo con sus amigos pero está tan deprimido que no puede salir de la cama, el terapeuta trabajará con él para identificar los pasos que puede seguir para poder pasar más tiempo con sus amigos, como levantarse de la cama y salir de casa.

Identificar los valores ayuda a los niños y adolescentes a darse cuenta de que el aislamiento y la evasión no les funcionan, y que realizar actividades alineadas con sus valores puede mejorar su estado de ánimo.

¿Cómo se lleva a cabo la activación conductual?

La activación conductual se lleva a cabo a través de varios pasos:

  • Revisar las actividades diarias: El terapeuta y el paciente identifican las actividades diarias actuales y evalúan cuáles podrían generar sentimientos positivos.
  • Identificar los objetivos de la actividad: El terapeuta y el paciente trabajan juntos para identificar las actividades que le interesan al paciente y los pasos necesarios para alcanzar esos objetivos.
  • Crear un plan por escrito: El terapeuta y el paciente crean un plan detallado por escrito que incluye las actividades y los pasos a seguir en cada bloque de tiempo.
  • Desarrollar las habilidades necesarias: Si el paciente necesita desarrollar habilidades específicas para llevar a cabo las actividades, el terapeuta lo ayuda a identificar y desarrollar esas habilidades.
  • Identificar motivadores: El terapeuta y el paciente identifican posibles recompensas o motivadores para mantener el comportamiento deseado.

La activación conductual puede ser parte de un tratamiento más amplio para la depresión o la ansiedad, o puede utilizarse como enfoque de tratamiento independiente. El tiempo necesario para ver resultados puede variar, pero generalmente se observan cambios positivos después de aproximadamente ocho a diez semanas de reuniones semanales constantes y trabajo en casa.

Dos enfoques de la activación conductual

Existen dos enfoques diferentes para abordar la activación conductual:

  • Tratamiento de activación conductual para la depresión: Este enfoque se enfoca en aclarar los valores del paciente y basar los objetivos de la actividad en aquello que más le importa. Por ejemplo, un adolescente transgénero puede valorar que lo reconozcan con el género con el que se identifica.
  • Activación conductual tradicional: Este enfoque incluye una evaluación funcional del comportamiento para analizar las cosas que el paciente está evitando y determinar qué está contribuyendo a esa evasión. Por ejemplo, el terapeuta puede identificar que un padre brinda atención al niño cuando se niega a levantarse de la cama, lo que refuerza la conducta evasiva.

Ambos enfoques pueden ser efectivos, pero se adaptan a las necesidades individuales del paciente.

acyt psicología - Cómo hacer terapia de activación conductual

Desafíos y superación en la activación conductual

Al llevar a cabo la activación conductual, pueden surgir desafíos que dificulten el logro de los objetivos de actividad. Uno de estos desafíos es el miedo al fracaso, que puede provocar aversión hacia la palabra objetivo. Los terapeutas pueden ayudar a los pacientes a cambiar su mentalidad hacia un enfoque de crecimiento, donde se valora el progreso en lugar del resultado final.

Otro desafío es asegurarse de que la familia tenga el tiempo y los recursos necesarios para apoyar la activación conductual. Si los padres están ocupados con múltiples trabajos, puede ser difícil brindar el apoyo necesario en los momentos adecuados. Durante la planificación del tratamiento, es importante considerar todos estos factores y adaptar el enfoque según las circunstancias de cada familia.

La terapia de activación conductual es una técnica efectiva para tratar la depresión en niños y adolescentes. Al promover la participación en actividades que generen sentimientos positivos, se puede mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas depresivos. La activación conductual se lleva a cabo a través de la identificación de valores, la programación de actividades, la creación de un plan por escrito y el desarrollo de habilidades necesarias para el éxito. Aunque pueden surgir desafíos durante el tratamiento, superarlos puede ayudar a los pacientes a lograr una mejora significativa en su bienestar emocional.

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