Actitud evasiva en psicología: impacto en relaciones

La actitud evasiva es un patrón de comportamiento que puede tener un impacto significativo en nuestras relaciones, especialmente en las de pareja. En psicología, este tipo de actitud está relacionada con los estilos de apego que desarrollamos durante nuestra infancia y que, en muchos casos, se mantienen en la edad adulta. En este artículo, exploraremos qué es la actitud evasiva en psicología, cómo afecta a nuestras relaciones y qué podemos hacer al respecto.

Contenido

¿Qué es la actitud evasiva?

La actitud evasiva se refiere a la tendencia de una persona a evitar enfrentar situaciones o problemas emocionales. Las personas con una actitud evasiva tienden a evitar el conflicto, las conversaciones difíciles y los temas que les resultan incómodos o dolorosos. En lugar de abordar estos problemas de frente, prefieren evitarlos, desviarlos o justificar su evitación.

La actitud evasiva puede manifestarse de diferentes maneras. Algunas personas pueden negar la existencia del problema, minimizar su importancia o culpar a otros por su malestar emocional. Otros pueden distraerse con otras actividades o evadir cualquier situación que les genere ansiedad o incomodidad.

Origen de la actitud evasiva

La actitud evasiva tiene su origen en los modelos de apego que desarrollamos durante nuestra infancia. Según la teoría del apego, desarrollada por John Bowlby y Mary Ainsworth, el vínculo emocional que establecemos con nuestros padres o cuidadores en los primeros años de vida determina nuestra forma de relacionarnos con los demás en el futuro.

En los estudios realizados por Ainsworth, se identificaron tres tipos de apego en los niños: seguro, ansioso e evasivo. Los niños con un apego seguro se sienten seguros y confiados en presencia de su madre o cuidador, así como en presencia de una figura sustituta. Los niños ansiosos, por otro lado, muestran una gran ansiedad y malestar cuando su madre no está presente, y se aferran a ella al regresar, ignorando a la figura sustituta. Los niños evasivos parecen ignorar o no mostrar apego tanto a sus madres como a los cuidadores, como si estuvieran castigando a la persona por haberlos abandonado.

Estos modelos de apego en la infancia tienen una correlación con la forma en que nos relacionamos en la edad adulta. Las personas con un apego evasivo tienden a evitar el compromiso emocional y pueden tener dificultades para establecer relaciones íntimas y duraderas. Esto puede generar conflictos y dificultades en las relaciones de pareja.

Impacto en las relaciones de pareja

La actitud evasiva puede tener un impacto significativo en las relaciones de pareja. Cuando dos personas con un estilo de apego evasivo se relacionan, pueden surgir conflictos debido a su tendencia a evitar enfrentar los problemas emocionales. Ambos pueden evitar discutir temas importantes, reprimir sus emociones y evitar el compromiso emocional, lo que puede llevar a una falta de comunicación y a una sensación de distancia emocional en la relación.

Por otro lado, cuando una persona con un estilo de apego evasivo se relaciona con alguien con un estilo de apego ansioso, pueden surgir dinámicas de persecución y evitación. La persona ansiosa buscará constantemente la atención y la validación de su pareja, mientras que la persona evasiva intentará evitar el compromiso emocional y evitará enfrentar los problemas de la relación.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Reconocer y comprender nuestra actitud evasiva es el primer paso para abordar este patrón de comportamiento. Es importante entender que la evasión de problemas emocionales no resolverá los conflictos y, de hecho, puede empeorar la situación a largo plazo.

Si te identificas con una actitud evasiva, es recomendable buscar ayuda profesional para trabajar en tus patrones de apego y aprender estrategias para enfrentar los problemas emocionales de manera saludable. Un terapeuta puede ayudarte a explorar las razones detrás de tu evasión y a desarrollar habilidades de comunicación y resolución de problemas.

Además, existen algunas estrategias que puedes implementar en tus relaciones de pareja para abordar la actitud evasiva:

  • Establece momentos dedicados a la comunicación: Acuerda un tiempo específico cada semana para hablar de los problemas y preocupaciones de la relación. Esto permite que ambos tengan la oportunidad de expresar sus sentimientos de manera calmada y constructiva.
  • Evita el uso de la palabra : Al comunicarte con tu pareja, intenta evitar el uso de la palabra para evitar que se sienta atacada. En su lugar, utiliza el pronombre yo para expresar tus sentimientos y preocupaciones de manera más asertiva.
  • Practica la empatía: Intenta ponerte en el lugar de tu pareja y comprender sus necesidades y preocupaciones. La empatía puede ayudar a construir una conexión más profunda y a fomentar la comprensión mutua.
  • Busca el apoyo de tu pareja: Comunica tus necesidades emocionales a tu pareja y pídele su apoyo. Una relación saludable implica el apoyo mutuo y la capacidad de enfrentar juntos los desafíos emocionales.

Recuerda que cambiar patrones de comportamiento arraigados puede llevar tiempo y esfuerzo. La terapia y la práctica de habilidades de comunicación saludables pueden ser herramientas valiosas para abordar la actitud evasiva y mejorar tus relaciones.

La actitud evasiva en psicología es un patrón de comportamiento que puede tener un impacto negativo en nuestras relaciones de pareja. Esta actitud se origina en los modelos de apego desarrollados durante la infancia y puede llevar a una falta de comunicación, distancia emocional y conflictos en la relación. Reconocer y abordar la actitud evasiva es fundamental para construir relaciones saludables y satisfactorias. A través de la terapia y la práctica de habilidades de comunicación saludables, podemos aprender a enfrentar los problemas emocionales de manera constructiva y a establecer conexiones más profundas con nuestras parejas.

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