El diagnóstico de cáncer en un niño es una noticia devastadora para cualquier padre. Las primeras semanas después del diagnóstico pueden resultar abrumadoras, ya que los padres tienen que asimilar la noticia y enfrentar una situación desconocida. Es en este momento que el acompañamiento psicológico se vuelve fundamental para ayudar a los padres a sobrellevar esta difícil etapa.
Sentimientos y reacciones comunes
Es importante entender que no hay sentimientos buenos o malos cuando se enfrenta el diagnóstico de cáncer en un hijo. Cada padre reacciona de manera diferente, algunos pueden sentir conmoción, incredulidad y negación, miedo, ansiedad, culpa, tristeza, depresión o enojo. Todas estas reacciones son normales y comprensibles dadas las circunstancias.
Para sobrellevar estos sentimientos y el estrés, es fundamental buscar apoyo emocional. Los trabajadores sociales, consejeros, enfermeras, psicólogos y médicos especializados en oncología pueden brindar apoyo y orientación. Además, es importante contar con el apoyo de familiares y amigos, quienes pueden ayudar con las tareas domésticas y ser un hombro en el cual apoyarse.
Existen también estrategias que pueden ayudar a reducir la ansiedad y la tensión, como hacer ejercicio, escuchar música o escribir en un diario. La práctica de actividades espirituales o religiosas también puede brindar fortaleza y apoyo emocional. Hablar abiertamente sobre los temores y la ansiedad con el equipo médico también es recomendable.
Además, es fundamental que los padres cuiden de sí mismos. Esto incluye comer bien, descansar y tomar tiempo para despejarse. Tomar el control de las decisiones relacionadas con el tratamiento de su hijo también puede ayudar a los padres a sentirse más empoderados y en control de la situación.
El enojo es otro sentimiento común en estos casos. Es importante encontrar formas saludables de expresar el enojo, como desahogarse en un lugar privado o hablar con otros padres que estén pasando por la misma situación. Aprender cómo cuidar del hijo y responder a sus preguntas también es esencial para el bienestar emocional de los padres.
Familiarización con el tratamiento
Una vez que se ha asimilado el diagnóstico, es importante familiarizarse con el plan de tratamiento y entender cómo afectará la vida diaria del niño y de la familia. Esto ayudará a los padres a manejar la situación y planificar para el futuro. Sin embargo, recibir tanta información puede resultar abrumador al principio.
Para manejar esta situación, se recomienda lo siguiente:
- Familiarizarse con los integrantes del equipo médico y entender su función en el tratamiento.
- Llevar un cuaderno a todas las citas médicas para tomar notas y escribir preguntas.
- Pedir a un familiar o amigo que tome notas durante las consultas médicas.
- Pedir al personal médico que repita la información o que explique cualquier duda.
- Tomarse el tiempo de leer la información proporcionada por el equipo médico en un lugar tranquilo.
- Buscar una segunda opinión si se considera necesario.
- Solicitar información sobre cursos para padres de niños con cáncer.
- Consultar con la Sociedad Americana Contra El Cáncer o fuentes confiables para obtener más información sobre el diagnóstico y el tratamiento.
Es importante recordar que cada caso es único y que cada niño responde de manera diferente al tratamiento. Los padres deben confiar en el equipo médico y seguir sus recomendaciones, pero también deben estar informados y participar activamente en el cuidado de su hijo.
Adaptarse a la nueva normalidad
Después del diagnóstico, los horarios y rutinas familiares cambian por completo. Durante esta etapa, es importante encontrar formas de mantener cierta normalidad en la medida de lo posible. Esto puede significar mantener algunas rutinas anteriores o crear nuevas rutinas predecibles alrededor de los horarios del tratamiento.
Para adaptarse a esta nueva normalidad, se sugiere lo siguiente:
- Crear rutinas predecibles alrededor de los horarios del tratamiento.
- Comunicarse abiertamente con el niño y explicarle lo que está sucediendo.
- Buscar actividades que ayuden a distraer al niño y a mantenerlo ocupado durante el tratamiento.
- Buscar actividades en las cuales la familia pueda participar juntos, como juegos de mesa o ver películas.
- Buscar apoyo emocional en otros padres de niños con cáncer.
Es importante recordar que cada familia es diferente y que cada niño tiene necesidades únicas. Es fundamental adaptarse a la situación y buscar el equilibrio entre el cuidado del niño y el cuidado de uno mismo.
Consultas habituales
¿Cuál es el papel del acompañamiento psicológico en el tratamiento del cáncer infantil?
El acompañamiento psicológico juega un papel fundamental en el tratamiento del cáncer infantil. Ayuda a los padres a sobrellevar sus emociones, a encontrar estrategias para reducir el estrés y a mantener una comunicación abierta con el equipo médico. Además, brinda apoyo emocional a los niños y a los hermanos, ayudándolos a comprender y a adaptarse a la enfermedad.
¿Cómo puedo encontrar apoyo emocional como padre de un niño con cáncer?
Existen diferentes recursos disponibles para encontrar apoyo emocional. Puedes buscar ayuda en trabajadores sociales, consejeros, enfermeras, psicólogos y médicos especializados en oncología. También puedes hablar con otros padres que estén pasando por la misma situación. Además, es importante contar con el apoyo de familiares y amigos.
¿Cómo puedo mantener la comunicación con mi hijo durante el tratamiento?
Es fundamental mantener una comunicación abierta y honesta con tu hijo. Explícale lo que está sucediendo de manera apropiada para su edad y responde a todas sus preguntas. También es importante escuchar sus preocupaciones y brindarle apoyo emocional. Si tienes dudas sobre cómo abordar ciertos temas, puedes buscar orientación en el equipo médico.
El acompañamiento psicológico es esencial para ayudar a los padres de niños con cáncer a sobrellevar esta difícil etapa. Brinda apoyo emocional, orientación y estrategias para reducir el estrés. Además, ayuda a los padres a familiarizarse con el tratamiento y a mantener cierta normalidad en la vida diaria. Es importante recordar que cada familia es única y que cada niño responde de manera diferente al tratamiento. El apoyo emocional y el cuidado de uno mismo son fundamentales para enfrentar esta situación.
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