El infantilismo psicología es un fenómeno que se refiere a la persistencia de comportamientos y actitudes propios de la infancia en la edad adulta. Estas características de los adultos infantiles pueden afectar negativamente las relaciones interpersonales y la calidad de vida de quienes lo padecen y de quienes los rodean.
¿Cómo identificar a un adulto infantil?
Existen varias características que pueden ayudarnos a identificar a un adulto infantil:
- Pobre control emocional: Los adultos infantiles suelen tener dificultades para regular sus emociones, lo que puede llevar a reacciones desproporcionadas y conflictos con los demás.
- Locus de control externo: Estas personas tienden a culpar a los demás o a las circunstancias externas por sus problemas y dificultades, en lugar de asumir la responsabilidad de sus acciones.
- Mentiras: Los adultos infantiles suelen recurrir a la mentira como una forma de evitar enfrentar las consecuencias de sus actos o de obtener beneficios para sí mismos.
- Insultos: En situaciones de conflicto, los adultos infantiles pueden recurrir a insultos y palabras hirientes en lugar de enfrentar los argumentos de manera constructiva.
- Falta de control de impulsos: Estas personas tienen dificultades para controlar sus impulsos, lo que puede manifestarse en comportamientos como interrumpir constantemente a los demás o tomar decisiones sin considerar las consecuencias.
- Necesidad de llamar la atención: Los adultos infantiles suelen buscar constantemente la atención de los demás, incluso a expensas de ignorar las necesidades y derechos de los demás.
- Abuso de los demás: Estas personas pueden aprovecharse de los demás para obtener lo que quieren, sin considerar las consecuencias para los demás.
- Narcisismo: Los adultos infantiles pueden desarrollar un sentido exagerado de superioridad y una falta de empatía hacia los demás, lo que puede llevar a comportamientos egoístas y manipuladores.
- Contradicciones: Debido a su falta de definición en su carácter, los adultos infantiles pueden mostrar contradicciones entre sus palabras y acciones, lo que puede causar confusión en su entorno.
- Poca capacidad de autoobservación: Estas personas tienen dificultades para evaluar el impacto de sus acciones en los demás, ya que no han desarrollado esta habilidad durante su proceso de madurez emocional.
- Baja tolerancia a la frustración: Los adultos infantiles suelen frustrarse fácilmente ante obstáculos o contratiempos, abandonando rápidamente sus metas y objetivos.
Impacto en las relaciones interpersonales
Las características mencionadas anteriormente pueden afectar negativamente las relaciones interpersonales de los adultos infantiles. Su falta de control emocional, tendencia a culpar a los demás y falta de empatía pueden generar conflictos y dificultades en la convivencia.
Además, su necesidad de llamar la atención y su tendencia a abusar de los demás pueden causar daño emocional a quienes los rodean. Estos comportamientos pueden generar un ambiente tóxico y desgastante para quienes están en contacto con ellos.
¿Qué se puede hacer?
Si identificas estas características en ti mismo o en alguien cercano, es importante buscar ayuda terapéutica. Un terapeuta profesional puede ayudar a trabajar en los aspectos de la personalidad que están frenando el desarrollo y la plenitud en la vida de la persona.
El trabajo terapéutico puede ayudar a los adultos infantiles a desarrollar habilidades de regulación emocional, responsabilidad personal, empatía y autoobservación. Esto no solo beneficiará a la persona en cuestión, sino también a quienes lo rodean, mejorando la calidad de las relaciones interpersonales y la convivencia en general.
El infantilismo psicología es un fenómeno que afecta a algunas personas en la edad adulta, manifestándose a través de comportamientos y actitudes propias de la infancia. Identificar estas características en uno mismo o en alguien cercano es el primer paso para buscar ayuda y trabajar en el desarrollo de habilidades emocionales y relacionales.
No importa en qué etapa de la vida te encuentres, siempre es posible crecer y madurar emocionalmente. Buscar ayuda terapéutica es una forma valiosa de invertir en uno mismo y en la calidad de las relaciones interpersonales.
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