La violencia es un fenómeno complejo que ha sido objeto de estudio por parte de diferentes disciplinas, entre ellas la psicología. A lo largo de la historia, se han propuesto diversas teorías psicológicas que intentan explicar las causas y motivaciones detrás de la violencia humana. En este artículo, exploraremos algunas de estas teorías y cómo se relacionan con la psicología.
La teoría de Freud
Sigmund Freud, conocido como el padre del psicoanálisis, desarrolló una teoría sobre la violencia basada en la agresividad humana y la destructividad. Según Freud, la agresividad está fundamentada en un código de ideales o ética que se conoce como defensa propia. La destructividad humana se refiere a una conducta destinada a causar daño y destrucción tanto al propio sujeto como a los demás.
Freud plantea que la destructividad humana no es una expresión directa ni automática de la pulsión de muerte, sino que está relacionada con la magnitud de la patología de la envidia temprana en el niño. Es decir, la capacidad destructiva de cada persona está determinada por su propia historia personal. La frustración y las fantasías de ataque y destrucción hacia el objeto son uno de los puntos de origen de la violencia, según la perspectiva kleiniana.
Además, Freud introduce el concepto de voracidad, que está relacionado con la dificultad en la capacidad de satisfacción. Cuando el niño no logra sentirse satisfecho, experimenta un aumento de la insatisfacción que incrementa la envidia hacia el objeto y, por lo tanto, el potencial de ataque destructivo. La acumulación de experiencias de insatisfacción y frustración en el niño puede llevar a una intolerancia progresiva a la frustración, lo que puede desencadenar reacciones violentas en la adolescencia o en la edad adulta.
Freud también señala que el odio hacia el otro puede tomar dimensiones alarmantes, llegando incluso a la construcción delirante. El sujeto puede sentir un intenso odio que se expresa en ira o rabia, lo que puede conducir a actos de violencia. Este odio es una formación inconsciente pre-verbal y tiene características de certeza delirante, lo que dificulta su interpretación.
La teoría de la violencia grupal
Además de la teoría de Freud, existen otras teorías psicológicas que explican la violencia desde la perspectiva de los grupos. Por ejemplo, se ha observado que la conducta violenta de las pandillas de jóvenes y otros grupos sectarios está relacionada con la destrucción creada por el grupo. En estos casos, la destructividad que proviene de la frustración y la envidia al objeto puede manifestarse a través de la identificación con el grupo y sus ideales.
En estos grupos, cada individuo aporta su propia carga destructiva y su necesidad de internalizar los ideales ofrecidos por el líder y la pertenencia al grupo. La identificación por sugestión con las consignas del líder permite pasar al acto destructivo y homicida. Este mecanismo también puede observarse en grupos bien organizados que, por manipulación política o ideológica, ofrecen un enemigo común como objetivo de la violencia.
Por otro lado, también es posible que exista una tolerancia social a la violencia debido a un discurso antiviolencia sostenido por el grupo. En estos casos, la presión del grupo permite tolerar la humillación y el ataque personal sin reaccionar de forma violenta. La identificación con las consignas del grupo juega un papel importante en sostener los ideales en contra de la violencia.
Las teorías psicológicas de la violencia ofrecen diferentes enfoques para comprender este fenómeno complejo. La teoría de Freud destaca la importancia de la historia personal y la frustración en el desarrollo de la capacidad destructiva y la violencia. Por otro lado, la teoría de la violencia grupal pone énfasis en la identificación con el grupo y los ideales compartidos como motivaciones para la violencia.
Tener en cuenta que estas teorías no ofrecen explicaciones definitivas ni excluyen otras posibles causas de la violencia. La violencia es un fenómeno multifactorial que puede estar influenciado por factores biológicos, sociales y culturales, además de los aspectos psicológicos. Sin embargo, las teorías psicológicas nos proporcionan herramientas útiles para comprender mejor la violencia y desarrollar estrategias de prevención y tratamiento.
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