Formación reactiva en psicología: mecanismo de defensa

La formación reactiva es un mecanismo de defensa psicológico que se activa cuando una persona experimenta pensamientos, sentimientos o deseos inaceptables. Consiste en rechazar conscientemente estos impulsos y desarrollar comportamientos o actitudes opuestas a ellos. Este mecanismo se forma en el inconsciente y la persona no siempre es consciente de su existencia.

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Un ejemplo de formación reactiva

Para comprender mejor cómo funciona la formación reactiva, podemos tomar como ejemplo el caso de una mujer que no está de acuerdo con la forma de ser de su madre, quien es controladora. Este rechazo hacia su madre genera en ella sentimientos de odio y resentimiento. Sin embargo, estos sentimientos también le resultan inaceptables, y se siente mal por experimentarlos. Por lo tanto, desarrolla una conducta de formación reactiva: se desvive por cuidar y complacer a su madre, a pesar de su desacuerdo interno. Este comportamiento opuesto al odio que siente es una forma de protegerse de la culpa y mantener una imagen positiva de sí misma.

La teoría de Freud sobre la formación reactiva

Sigmund Freud fue el primero en describir y estudiar la formación reactiva en sus primeras investigaciones sobre las neurosis obsesivas. Según Freud, este mecanismo de defensa ocurre cuando una persona lucha contra un deseo inconsciente que encuentra penoso o inaceptable, y lo sustituye por un síntoma primario de defensa o contrasíntoma. Un ejemplo típico de esto es la pulcritud y el pudor excesivo que pueden desarrollar algunos individuos como forma de reprimir sus deseos sexuales infantiles.

La formación reactiva y la sobreprotección

Un caso común de formación reactiva es aquel en el que los padres guardan resentimientos o sentimientos ocultos de rechazo hacia sus hijos. Debido a los mandatos sociales que les indican que deben amar a sus hijos incondicionalmente, estos sentimientos de hostilidad generan en ellos una gran culpa inconsciente. Como resultado, desarrollan una fuerte necesidad de sobreproteger a sus hijos como una forma de evitar dañarlos con su rechazo. Esta sobreprotección puede fomentar la dependencia y crear personas demandantes y dependientes.

Otros casos de formación reactiva

Además de los casos mencionados anteriormente, existen otras situaciones en las que se puede observar la formación reactiva. Algunas personas desarrollan comportamientos extremadamente rígidos como resultado de este mecanismo de defensa. Por ejemplo, aquellos que sienten fuertes impulsos sexuales pueden convertirse en defensores de la castidad, o las personas que se sienten culpables por sus propios deseos pueden sacrificarse en exceso por los demás. Estos comportamientos compulsivos y extremos son el resultado de la formación reactiva.

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Tipos de formación reactiva

Existen dos tipos principales de formación reactiva: la localizada y la generalizada. La formación reactiva localizada ocurre cuando el deseo reprimido de una persona no es central para su personalidad y no afecta significativamente su bienestar. Por otro lado, la formación reactiva generalizada implica deseos y comportamientos más centrales en la vida de la persona, y puede causar problemas más graves en su vida diaria.

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¿La formación reactiva es dañina?

La formación reactiva es un mecanismo de defensa que puede ser útil para protegerse de la ansiedad y la tensión emocional. Sin embargo, cuando se utiliza de manera patológica, puede causar problemas significativos en la vida de una persona. Aquellos que recurren a este mecanismo de manera frecuente suelen adoptar comportamientos dañinos para su propia salud mental. En estos casos, se recomienda buscar la ayuda de un terapeuta para identificar y trabajar en los pensamientos, deseos o sentimientos que causan ansiedad y conducen a la formación reactiva.

Evidencia de formación reactiva

La formación reactiva ha sido estudiada y se ha encontrado evidencia de su existencia. En diferentes investigaciones, se ha demostrado que las personas utilizan la formación reactiva como un mecanismo de defensa para proteger su ego. Por ejemplo, cuando se amenaza la autoestima de una persona, es común que responda afirmando creer lo contrario de sus verdaderos sentimientos. Además, se ha observado que las personas pueden mostrar hostilidad hacia aquellos que representan algo que ellos mismos reprimen o niegan.

La formación reactiva es un mecanismo de defensa psicológico que se activa cuando una persona rechaza conscientemente pensamientos, sentimientos o deseos inaceptables y desarrolla comportamientos opuestos a ellos. Este mecanismo se forma en el inconsciente y puede tener diferentes manifestaciones en la vida diaria de una persona. Si se utiliza de manera patológica, puede causar problemas significativos en la salud mental de la persona. Es importante buscar ayuda profesional para trabajar en la identificación y aceptación de los pensamientos, deseos o sentimientos que llevan a la formación reactiva.

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