A lo largo de nuestra vida, todos hemos mentido en alguna ocasión. Es algo que consideramos normal en nuestra sociedad. Sin embargo, cuando se trata de nuestros hijos, la situación cambia. Como padres, nos preocupa saber si nuestros hijos nos mienten. Detectar una mentira no es fácil, no existe un manual que nos explique cómo saber si un niño miente o dice la verdad. En este artículo, intentaremos identificar algunos indicios para detectar las mentiras de los niños.
Rasgos para detectar una mentira en niños
El lenguaje no verbal es uno de los rasgos más significativos para saber si nuestro hijo nos miente. Si mientras nos cuenta su verdad se muestra inquieto, no deja de moverse o evita el contacto visual, puede ser un indicio de que está mintiendo. Consulta nuestro artículo sobre cómo saber si alguien miente por sus gestos para obtener más detalles.
Otra pista para descubrir si está mintiendo es su manera de utilizar el lenguaje. Si tartamudea, le cuesta terminar frases o se contradice, ¡nos está mintiendo!
En ocasiones, los niños recurren a pequeñas mentiras para conseguir algo que quieren, como asegurarnos que han terminado los deberes para poder irse a jugar al parque o ver la televisión. En estos casos, detectar la mentira es fácil, solo tenemos que comprobar sus cuadernos.
En otros casos, utilizar esta técnica puede no ser ético, ya que estaríamos violando su intimidad. Por ejemplo, si sospechamos que nuestro hijo fuma y buscamos entre sus cosas para encontrar un paquete de tabaco. Esta decisión dependerá de cada padre de forma individual.
La mejor opción para descubrir si nos mienten nuestros hijos es dialogar con ellos y brindarles la suficiente confianza para que se sientan cómodos contándonos cualquier cosa. Es fundamental que nos vean como un ejemplo a seguir, es decir, que nunca nos vean mentir.
Cuando los niños empiezan a mentir
Nadie puede decir que nunca ha mentido, y menos durante su infancia. Los niños tienen una habilidad especial para adornar los hechos o cambiarlos, sin que otras personas se den cuenta de que están mintiendo. Aunque estas mentiras suelen ser inofensivas, socialmente están establecidas como algo malo y es importante redirigirlas.
La mentira en la infancia está relacionada con el desarrollo de la consciencia y las fases de desarrollo cognitivo. A los 3 años, la mentira puede ser considerada intencional, ya que su cerebro puede confundirse con la información externa y divagar entre la imaginación, la fantasía y la realidad.
Entre los 3 y los 6 años, los niños mezclan la imaginación y la realidad de manera intencional, creando una realidad paralela que refuerza su diversión.
A partir de los 7 años, comienza a aparecer la intencionalidad consciente en los actos de los niños, incluyendo las mentiras. Aprenden que mentir puede proporcionarles algún beneficio.
Un estudio realizado por el psicólogo infantil Kang Lee reveló que los niños comienzan a mentir desde los dos años de edad, mucho antes de lo que se pensaba anteriormente. Sin embargo, esto no significa que sean malos. Según Lee, el desarrollo temprano de este mecanismo puede estar relacionado con los juegos de estimulación temprana a los que se les acostumbra. En lugar de enfadarnos o regañar a los niños de 2 o 3 años que mienten, deberíamos sentirnos orgullosos, ya que enseñarles a mentir mejora su capacidad de teoría de la mente y sus habilidades cognitivas.
Descubrir si un niño miente no es una tarea fácil. Sin embargo, prestando atención a su lenguaje no verbal, su forma de expresarse y creando un ambiente de confianza, podemos identificar algunas señales que nos indiquen si están mintiendo o diciendo la verdad. Es importante recordar que todos hemos mentido en algún momento de nuestras vidas y que la mentira en la infancia forma parte del desarrollo cognitivo de los niños. Como padres, debemos guiarlos y enseñarles la importancia de la honestidad.
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