La mitomanía es un trastorno psicológico caracterizado por una conducta compulsiva de mentir, alterar y distorsionar la realidad. Los mitómanos no mienten por beneficio personal, sino que lo hacen de forma compulsiva, impulsados por la necesidad de crear una realidad ficticia. En este artículo abordaremos las causas, síntomas y tratamiento de este problema psicológico.
¿Qué es la mitomanía?
La mitomanía es un término de origen griego, conformado por mythos que significa historia ficticia, y manía que se refiere a una obsesión o inclinación exagerada. Se caracteriza por una conducta persistente de mentir, alterar y distorsionar la realidad.
Los mitómanos no necesariamente mienten para obtener algún beneficio, sino que lo hacen de forma compulsiva, impulsados por su necesidad de distorsionar la realidad, incluso cuando esto resulta en situaciones embarazosas.
Mentirosos compulsivos o mitómanos
Los mitómanos son mentirosos compulsivos, que mienten por el placer de mentir, sin ningún otro beneficio añadido. A diferencia de los mentirosos ocasionales, los mitómanos o pseudólogos son adictos a la mentira, inventando currículums impresionantes, logros extraordinarios y aventuras emocionantes.
Se considera trastorno cuando la persona no puede dejar de mentir de manera compulsiva, alterando la realidad hasta tal punto que la creen. Su objetivo no es aliviar los sentimientos de los demás, sino modificar su propia realidad para hacerla más tolerable.
Personas que mienten y manipulan: síntomas
La mitomanía puede conllevar severas consecuencias y dificultades. Las personas que mienten y manipulan suelen ser pilladas en alguna circunstancia y les acarrea consecuencias. Entre los síntomas que sufren los mitómanos se encuentran:
- Aislamiento social: Los mitómanos pueden perder la confianza de quienes les rodean, lo que a su vez puede provocar pérdida de empleo, problemas de pareja, rupturas y distanciamiento de amigos y familiares.
- Ansiedad: El esfuerzo de construir y mantener mentiras puede generar altos niveles de ansiedad.
- Falta de control: A pesar de sus esfuerzos, los mitómanos pueden tener dificultades para abstenerse de mentir.
- Problemas sociales: La mentira compulsiva puede erosionar la confianza y afectar negativamente las relaciones personales.
Causas de la mitomanía
Las causas de la mitomanía pueden ser variadas, incluyendo el uso de la mentira como un refugio de la realidad, la insatisfacción personal, la necesidad de afecto, admiración o aprobación, la necesidad de llamar la atención y una baja autoestima. En algunos casos, puede estar relacionada con un trastorno de la personalidad.
Existen tres teorías principales que explican las causas de la mitomanía:
- Teoría biológica: Sostiene que el cerebro de un mentiroso compulsivo es diferente.
- Teoría social: Sugiere que la mentira compulsiva puede ser un síntoma de un trastorno de la personalidad.
- Teoría psicoanalítica: Afirma que la tendencia a mentir sobre la propia identidad puede estar ligada a una formación defectuosa de la identidad en la infancia.
Personas que se creen sus propias mentiras
Algunas personas que mienten de forma compulsiva llegan a creerse sus propias mentiras. Estas personas pueden ser encantadoras, generosas y seguras de sí mismas, capaces de ganar la confianza de los demás. Mienten con tal convicción que acaban creyéndose sus propias mentiras, creando un híbrido de mentira y autoengaño.
Un tipo específico de mitomanía es el síndrome de Münchausen, en el que las personas simulan enfermedades para despertar preocupación y compasión en profesionales sanitarios y obtener la atención que no logran en otros contextos. Ellos mismos piensan que están enfermos, se han creído sus propias mentiras.
Las personas que se creen sus propias mentiras pueden pasar pruebas en máquinas de la verdad y polígrafos. La mayoría de personas que pasan estas pruebas, siendo evidente su mentira con otras pruebas, suelen ser mitómanos.
Cómo dejar de mentir y de ser un mitómano
No es sencillo dejar de mentir de un día para otro. Abordar la mitomanía requiere una comprensión y tratamiento profesionales. A menudo, el primer desafío es que el individuo mitómano reconozca su problema y busque ayuda.
El tratamiento de la mitomanía tiene como objetivo principal reeducar la percepción de la realidad del paciente, y que deje de mentir. Sin embargo, el éxito depende de la voluntad del individuo de aceptar su problema y comprometerse a resolverlo. El tratamiento comienza identificando las razones subyacentes del engaño y luego se centra en mejorar la autoestima y controlar la ansiedad.
En muchos casos, las raíces de la mentira compulsiva se encuentran en la infancia. Las mentiras en esta etapa pueden ser una respuesta a una baja autoestima, un trastorno de la personalidad, una necesidad excesiva de afecto o una forma de evitar responsabilidades o castigos. La educación y el apoyo correctos pueden ayudar a los niños a distinguir entre realidad y fantasía y a valorar la honestidad.
A nivel neurológico, la mitomanía puede generar sensaciones placenteras, ya que mentir libera hormonas que recompensan al cerebro con sentimientos agradables. Cuando la mentira se convierte en una práctica habitual, las respuestas negativas asociadas a la misma se debilitan, facilitando la manipulación de la realidad.
Aunque la mentira es una parte natural de la comunicación humana, la mitomanía convierte la mentira en un hábito peligroso. Los mitómanos pueden ser peligrosos para sí mismos y para los demás, ya que la mentira compulsiva puede llevar al aislamiento y a otros problemas personales. Si necesitas ayuda para dejar de mentir, consulta con un psicólogo especialista en el tema.
Ejemplos de mentirosos compulsivos
A continuación, presentamos dos ejemplos conocidos de mentirosos compulsivos:
Frank Abagnale Jr. es un ejemplo clásico de un mentiroso compulsivo. Este personaje estadounidense llevó una vida de engaños antes de cumplir 21 años, haciéndose pasar por piloto, abogado y médico, a pesar de no tener ninguna de estas cualificaciones. Su vida de estafas llegó a la gran pantalla en la película atrápame si puedes (2002). Abagnale Jr. comenzó su carrera de mentiras estafando a su propio padre, avanzando luego al fraude bancario y la suplantación de identidad profesional.
El clérigo jesuita Jerónimo Román de la Higuera, también conocido como el 'Padre Higuera de Toledo', es otro caso notable de un mentiroso compulsivo. Considerado un pseudohistoriador, este español se hizo famoso por inventar relatos históricos falsos. Aunque sus afirmaciones fueron falsas, su habilidad para inventar historias ha dejado una huella en la historia.
¿Cuál es la causa de la mitomanía?
Las causas de la mitomanía pueden ser variadas, incluyendo el uso de la mentira como un refugio de la realidad, la insatisfacción personal, la necesidad de afecto, admiración o aprobación, la necesidad de llamar la atención y una baja autoestima. En algunos casos, puede estar relacionada con un trastorno de la personalidad.
¿Qué síntomas presentan las personas que mienten y manipulan?
Los mitómanos pueden experimentar aislamiento social, ansiedad, falta de control y problemas en sus relaciones personales.
¿Cómo se trata la mitomanía?
El tratamiento de la mitomanía tiene como objetivo principal reeducar la percepción de la realidad del paciente y que deje de mentir. El éxito del tratamiento depende de la voluntad del individuo de aceptar su problema y comprometerse a resolverlo. Se centra en identificar las razones subyacentes del engaño, mejorar la autoestima y controlar la ansiedad.
¿Cuáles son las consecuencias de la mitomanía?
La mitomanía puede acarrear consecuencias graves, como la pérdida de confianza de quienes rodean al mitómano, problemas laborales, rupturas en relaciones personales y aislamiento social.
¿Se puede dejar de mentir?
Si bien no es sencillo dejar de mentir de un día para otro, abordar la mitomanía requiere una comprensión y tratamiento profesionales. Es importante reconocer el problema y buscar ayuda para evitar las repercusiones graves de este trastorno de la personalidad.
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