Una buena postura no solo se trata de pararse derecho para lucir mejor, sino que también tiene un impacto significativo en nuestra salud a largo plazo. Mantener una postura correcta, ya sea en movimiento o en reposo, puede ayudarnos a evitar dolores, lesiones y otros problemas de salud.
¿Qué es la postura?
La postura se refiere a cómo mantenemos y sostenemos nuestro cuerpo. Hay dos tipos principales:
- Postura dinámica: se refiere a cómo nos mantenemos mientras nos movemos, como caminar, correr o agacharnos para recoger algo.
- Postura estática: se refiere a cómo nos mantenemos cuando estamos en reposo, como sentados, de pie o durmiendo.
Mantener una buena postura tanto dinámica como estática es fundamental para nuestra salud.
La clave para lograr una buena postura está en la posición de nuestra columna vertebral. Nuestra columna tiene tres curvas naturales: en el cuello, en la parte media de la espalda y en la parte baja de la espalda. La postura correcta debería mantener estas curvas sin aumentarlas, manteniendo la cabeza erguida sobre los hombros y los hombros alineados con las caderas.
¿Cómo afecta la postura a nuestra salud?
Una mala postura puede tener efectos perjudiciales para nuestra salud. Caminar encorvados o agachados puede:
- Desalinear nuestro sistema musculoesquelético.
- Desgastar nuestra columna vertebral, volviéndola más frágil y propensa a lesiones.
- Causar dolor en el cuello, los hombros y la espalda.
- Disminuir nuestra flexibilidad.
- Afectar el movimiento adecuado de nuestras articulaciones.
- Afectar nuestro equilibrio y aumentar el riesgo de caídas.
- Dificultar la digestión de los alimentos.
- Dificultar la respiración.
¿Cómo mejorar nuestra postura en general?
Para mejorar nuestra postura en general, tener en cuenta algunos consejos:
- Prestar atención a nuestra postura durante nuestras actividades diarias, como ver televisión, lavar los platos o caminar.
- Mantenernos activos. Cualquier tipo de ejercicio puede ayudar a mejorar nuestra postura, pero algunos como el yoga y el tai chi que se centran en la conciencia corporal son especialmente útiles. También es recomendable realizar ejercicios que fortalezcan los músculos de la espalda, el abdomen y la pelvis.
- Mantener un peso saludable. El exceso de peso puede debilitar los músculos abdominales, causar problemas en la pelvis y la columna vertebral, y contribuir al dolor lumbar.
- Usar zapatos cómodos de tacón bajo. Los tacones altos pueden afectar nuestro equilibrio y hacernos caminar de manera diferente, lo cual puede aumentar la presión sobre los músculos y dañar nuestra postura.
- Asegurarnos de que nuestras superficies de trabajo estén a una altura cómoda para nosotros, ya sea al estar sentados frente a una computadora, preparando la cena o comiendo.
¿Cómo mejorar nuestra postura al estar sentados?
Muchas personas pasan mucho tiempo sentadas, ya sea en el trabajo, en la escuela o en casa. Es importante sentarse correctamente y tomar descansos frecuentes:
- Cambiar frecuentemente de posición al estar sentados.
- Dar pequeños paseos alrededor de la oficina o de casa.
- Estirar suavemente los músculos de vez en cuando para aliviar la tensión muscular.
- No cruzar las piernas. Mantener los pies en el suelo con los tobillos ligeramente adelante de las rodillas.
- Asegurarse de que los pies toquen el suelo. Si no es posible, utilizar un reposapiés.
- Relajar los hombros. No deben estar encorvados ni tirados hacia atrás.
- Mantener los codos cerca del cuerpo. Deben estar doblados entre 90 y 120 grados.
- Asegurarse de que la espalda tenga un buen apoyo. Utilizar una almohada u otro soporte si la silla no tiene respaldo para la curvatura de la parte baja de la espalda.
- Asegurarse de que los muslos y las caderas estén bien apoyados. Deben estar paralelos al suelo y utilizar un asiento bien acolchado.
¿Cómo mejorar nuestra postura al estar de pie?
Para mejorar nuestra postura al estar de pie, debemos:
- Mantenernos erguidos.
- Mantener los hombros hacia atrás.
- Evitar que el estómago sobresalga.
- Colocar el peso principalmente en las puntas de los pies.
- Mantener la cabeza erguida.
- Dejar que los brazos cuelguen naturalmente a los lados.
- Mantener los pies separados a la altura de los hombros.
Con práctica, podemos mejorar nuestra postura y lucir y sentirnos mejor.
El miedo es una respuesta emocional natural que puede tener efectos significativos en nuestro cuerpo, no solo al sentirlo, sino también al no liberarlo correctamente de nuestro organismo.
Cuando experimentamos miedo, nuestro cuerpo se prepara para enfrentar una amenaza o huir de ella. Esta respuesta de lucha o huida se desencadena por el sistema nervioso autónomo, que controla funciones involuntarias del cuerpo.
Las reacciones fisiológicas y visibles más comunes que se manifiestan cuando sentimos miedo incluyen cambios en la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración, la tensión muscular, la postura corporal, la expresión facial, la voz y la sudoración.
El miedo puede manifestarse en una postura encorvada, como si quisiéramos protegernos. Los hombros pueden elevarse o inclinarse hacia adelante y abajo, al igual que la cabeza. También podemos experimentar temblores y tensión en el cuerpo, especialmente en el cuello, los hombros y las extremidades.
En cuanto a la voz, el miedo puede hacer que se vuelva entrecortada, temblorosa e incluso áspera. Esto se debe a que el diafragma no puede moverse con libertad cuando nos encorvamos, lo que afecta nuestra respiración y tensa los músculos, como el psoas, que son importantes para la producción de voz.
Es importante aprender a gestionar y liberar correctamente el miedo para evitar que afecte negativamente nuestro cuerpo y nuestra voz. La osteopatía puede ser útil para ayudarnos a liberar estas emociones contenidas, relajar la musculatura y mejorar nuestra postura corporal y calidad vocal.
Nuestra espalda nos sostiene, también en el ámbito del lenguaje corporal. Tener la espalda recta, los hombros relajados y hacia atrás contribuirá a dar una imagen más segura de nosotros mismos.
La postura de la espalda recta indica confianza y seguridad en uno mismo. Cuando enderezamos nuestra espalda, mostramos una actitud de apertura y dominio de la situación. Además, una buena postura también ayuda a mejorar la respiración y la proyección de la voz.
Por otro lado, una espalda encorvada puede transmitir inseguridad, timidez y falta de confianza en uno mismo. También puede afectar negativamente la respiración y la voz, ya que limita el espacio para que los pulmones se expandan y dificulta la correcta producción de sonido.
Enderezar la espalda es una forma sencilla pero poderosa de mejorar nuestra imagen y comunicación no verbal. Es importante ser conscientes de nuestra postura y hacer un esfuerzo por mantener una espalda recta en diferentes situaciones, como al caminar, al estar de pie o al sentarnos.
Una buena postura es fundamental para nuestra salud física y mental. Mantener una espalda recta nos ayuda a evitar dolores, lesiones y problemas de salud, y también nos permite comunicar confianza y seguridad a través de nuestro lenguaje corporal.
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