Desde tiempos inmemoriales, se ha creído que los astros, como la luna, tienen una gran influencia en nosotros. Esta creencia ha sido retomada por el neurocientífico Mark Filippi desde la perspectiva de las neurociencias. Según sus estudios, existe una relación entre los ciclos lunares y el estado de ánimo de las personas.
La Primera Fase de la Luna: El Cuarto Creciente
La primera fase de la luna es aquella en la cual este satélite no es visible en el cielo. Durante esta etapa, las personas incrementan su grado de sensibilidad y se vuelven más receptivas a los demás. También buscan compañía con mayor ahínco. Aunque hay mucha fuerza energética, la concentración es baja. Es un momento de inspiración, pero no apto para trabajos detallados.
Estos cambios se deben a que en esta fase lunar se incrementa la producción de acetilcolina, un neurotransmisor relacionado con la memoria, la percepción del dolor, el aprendizaje y el sueño REM. Otros neurotransmisores están un poco más inhibidos.
Influencia de la Luna Llena
Cuando la luna va llenándose y se llega a la fase de luna llena, se experimenta una mayor vitalidad, creatividad y concentración. También es un momento propicio para la introspección y para encontrar respuestas a preguntas internas. Durante esta fase, se experimenta un mayor sentimiento de plenitud y satisfacción, pero también hay más tendencia a fantasear.
Según Filippi, durante la fase de luna llena, el neurotransmisor que toma el mando es la serotonina. Esto explica los cambios en el estado de ánimo y la mayor vitalidad experimentada.
El Cuarto Menguante
Una vez que la luna ha completado la fase de luna llena, comienza a disminuir y se llega al cuarto menguante. Durante esta fase, el neurotransmisor predominante es la dopamina, asociada con el placer y la diversión. Por lo tanto, es el mejor momento para realizar actividades sociales, ya que nos volvemos más empáticos y tolerantes. También hay una mayor comprensión de los demás.
La Luna Nueva
La última fase lunar, conocida como luna nueva, es la etapa más difícil de cada mes. Durante esta fase, el neurotransmisor que se exacerba es la noradrenalina, lo que nos hace sentir más defensivos frente al entorno. Experimentamos mayor susceptibilidad al miedo, irritabilidad, nerviosismo y vulnerabilidad. Es común que en esta fase se tomen decisiones, ya que hay un afán por resolver las cosas.
Aunque la teoría de Mark Filippi no está plenamente validada, sus postulados se basan en una observación empírica minuciosa. Sin embargo, aún falta explicar varios aspectos de la relación entre los ciclos lunares y los neurotransmisores.
La Luna ocupa un lugar importante en numerosas mitologías y leyendas populares alrededor del entorno. Representa el poder femenino y se asocia con la Diosa Madre y la Reina del Cielo en algunas culturas. En otras, es una deidad masculina.
En la simbología, se relaciona a la Luna con animales como la rana, el sapo, el lobo, el zorro, la liebre y el conejo. Estos animales se consideran símbolos de la Luna en diferentes mitologías.
La rana y el sapo están asociados con las aguas de la Luna, y se cree que la rana es visible en la Luna en algunas culturas. La liebre también es un animal lunar y representa la resurrección, el renacimiento, la intuición y la luz en la oscuridad. En la cultura china, la liebre es considerada un animal de presagios y se cree que habita en la Luna.
En algunas mitologías, como la Moche, se menciona a una bestia maligna encadenada en la superficie lunar. Esta bestia es conocida como animal lunar o purshópok y está descrita como un ser quimérico que combina elementos de animales como el zorro, la serpiente y el jaguar.
En la religión católica, la Luna también tiene un significado importante. En Brasil, por ejemplo, se dice que las manchas presentadas por la Luna representan a San Jorge y su enfrentamiento con el Dragón, simbolizando su defensa de aquellos que buscan su ayuda.
En la música, hay muchas canciones basadas en mitos y leyendas dedicadas a la Luna. Una de ellas es hijo de la luna del grupo español Mecano, que se inspira en las supersticiones y cosmovisión del pueblo gitano.
La influencia de la Luna en la psicología y su importancia en la simbología son temas maravillosos que han sido estudiados y explorados a lo largo de la historia. Aunque aún hay mucho por descubrir y validar científicamente, no se puede negar la conexión que muchos sienten con este astro y su impacto en nuestras emociones y comportamientos.
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