Si siempre estás pensando en qué buena sería tu vida si incorporaras otros hábitos a tu rutina, pero no sabes cómo hacerlo, o cada que lo intentas no te duran más que un par de días, este artículo es perfecto para ti.
Hoy queremos hablar de los pasos que debemos seguir para crear un hábito nuevo, sin hacer esfuerzos sobrehumanos, para que realmente podamos mantenerlo en el tiempo.
Dicen los psicólogos expertos que para que un hábito se convierta en una rutina que no necesita tanto esfuerzo, se necesita repetirlo durante mínimo 21 días, pero debes recordar que esto depende mucho de cada persona, de su fuerza de voluntad y de la dificultad de lo que se quiera lograr.
¿Qué es un hábito?
Primero, aclaremos qué es un hábito… porque de nada sirve querer aprender a crear un hábito si no sabemos exactamente lo que es.
Una definición muy bonita de hábito es la de Aspe y López, dos filósofas españolas escritoras del libro Hacia un desarrollo humano: valores, actitudes y hábitos,: “La capacidad que el hombre tiene de disponerse de un modo distinto de cómo es por naturaleza”. Para decirlo en palabras más sencillas, un hábito es un acto consciente que se adquiere porque se desea; un acto que adoptamos por la experiencia de hacerlo de manera regular.
¿Hábito es lo mismo que costumbre? No, son similares, pero no iguales. Ambos consisten en la repetición de actos, pero el hábito implica que es una decisión consciente, mientras que la costumbre generalmente no es deseada. Es decir, los hábitos nos cuesta adquirirlos, mientras que las costumbres son inconscientes y pueden ser agradables o muy nocivas.
¿Cuáles son los buenos hábitos?
Los buenos hábitos son todas esas actividades rutinarias que quisieras implementar en tu día o en la semana porque van a ayudarte a mejorar tu calidad de vida.
Aquí te damos algunos ejemplos:
- Medita: puedes hacerlo en las mañanas o en las noches, quieta o en movimiento, con ayuda de una tutorial o con tus pensamientos… Lo importante, es que encuentres una manera de conectarte con tu cuerpo y con tu corazón para que puedas dar gracias y enfocar tu energía.
- Come mejor: el alimento no es solamente comida, es un mensaje que le enviamos a nuestro cuerpo de cuánto lo queremos y de todo lo que lo cuidamos. Por eso, alimentarnos mejor significa mejorar nuestra salud física, pero también nuestra estabilidad emocional.
- Toma más agua: hidratarse es muy importante y a veces se nos olvida. Volver un hábito el acto de tomar agua puede generar grandes cambios que no te imaginas.
- Haz ejercicio: puedes elegir el que más te guste y con el que te sientas más cómoda. Se vale correr, caminar, bailar, nadar, hacer yoga, ir al gimnasio… lo que sea con tal de que muevas el cuerpo y te llenes de energía.
- Cena en casa: prepara los alimentos que vas a consumir como un acto de amor propio, como si eligieras escribirte una carta de amor todos los días. Este hábito nos ayuda a ser conscientes de lo que comemos, y prepararnos para el momento de hacerlo.
- Lee más: puede ser un libro, una novela o una revista… con lo que más te conectes. Esto te ayudará a mejorar la concentración y, si lo haces en la noche, podrás conciliar el sueño con más facilidad.
- Consume más contenido de valor: si eres consciente de la cantidad de tiempo que pasas mirando la pantalla de tu celular o del computador, te darás cuenta que mucho del contenido que consumes en realidad no te interesa. Se puede volver un hábito poner atención sobre tu tiempo en la pantalla, o revisar a conciencia a qué personas y cuentas estás siguiendo.
- Duerme mejor: sabemos que no es fácil, pero dormir es una de las actividades más importantes para el bienestar general. Procurar hacerlo mínimo 7 horas diarias y en un ambiente saludable. Desconectarse de las pantallas dos horas antes de dormir puede ser un hábito muy positivo.
¿Cómo construir hábitos?
Entonces… ¿Qué debo hacer para crear un hábito? Te vamos a regalar cinco pasos para que encuentres el camino correcto:
- Identifica tus hábitos y tus costumbres actuales: Para empezar un hábito nuevo, tienes que saber qué hábitos y costumbres tienes en este momento. Por ejemplo, si quieres empezar a tomar más agua durante el día, es bueno que analices cómo te estás alimentando e hidratando, en qué momentos del día te da más sed y qué haces para saciarla.
- Crea un plan medible y alcanzable: No puedes cambiar toda tu vida de un día para el otro. Tienes que empezar con un solo hábito nuevo que quieras implementar, y hacerlo de a poco. Si nunca has hecho ejercicio, no puedes pretender que a partir de ahora vas a salir a correr 10 kilómetros diarios, porque eso solo te generará frustración.
- Celebra tus logros cotidianos: Estás haciendo un gran esfuerzo y eso vale la pena celebrarlo. No tienes que esperar hasta que logres la meta más grande de todas para recompensarte. Esto va a ayudar a que te mantengas motivada.
- Sé paciente: No esperes que todo se dé como por arte de magia. Los cambios más grandes se dan con pasos muy pequeños y cometiendo errores y retrocesos.
- Utiliza herramientas: Puedes descargar una aplicación en tu celular para ayudarte o hacerlo de manera análoga en un papel. La idea con esto es que logres visualizar todo el progreso y te motives para continuar.
Tips para mantener los buenos hábitos
Si ya tienes definido y creado el hábito, se viene el reto más difícil: mantenerlo en el tiempo. Queremos darte un consejo para que no te rindas a la mitad del camino: Deja de lado el “todo o nada”.
¿Cómo así? Puede ser que los primeros días te sientas con toda la energía y la motivación para hacer cambios radicales, pero no tiene sentido hacer un cambio que no vas a poder mantener más de una semana. Por eso es mejor que si quieres alcanzar una meta muy grande, empieces con pequeños pasos.
Cuando te vuelvas una experta en crear hábitos saludables, vas a darte cuenta de que la rutina diaria va a dejar de ser aburrida, para convertirse en algo que te trae mucha estabilidad y felicidad.
Aquí te vamos a contar los beneficios de construir una rutina diaria:
- Aumenta tu eficiencia: Cuando ya no tienes que ocupar una parte del tiempo pensando en mantener los hábitos, sino que son parte de la rutina, puedes utilizar toda la memoria consciente en otras actividades “más útiles”. Es decir, dejas de pensar en todas las cosas rutinarias para ocupar el tiempo en lo que de verdad quieres hacer.
- Mejora tu salud mental: El desorden genera estrés, el estrés genera caos y el caos es el peor enemigo de la salud mental. Una vida y un día organizado se van a volver tus aliados principales para estar feliz.
- Te organiza la vida: Cuando acabas una tarea, tu cuerpo ya sabe cuál es la siguiente, por lo que puedes distribuir la energía a lo largo del día.
- Tienes tiempo para relajarte: La rutina perfecta es lo suficientemente estricta para permitirte hacer todo lo que quieres, pero suficientemente flexible para que haya espacios de descanso, ocio y para “no hacer nada”.
- Mejora la calidad del sueño: Solo con el compromiso de irte a dormir todos los días a la misma hora, te aseguramos que vas a empezar a dormir mejor, porque estás entrenando a tu cuerpo a respetar los ciclos del sueño.
- No se acumula el trabajo: Si recoges todos los días la ropa sucia que te quitas, al final de la semana no vas a tener que invertir más tiempo organizándola. La rutina hace que no se acumule el trabajo.
- Mejora tu autodeterminación: Una vez que comienzas a cosechar los beneficios de una rutina consistente, los resultados te animarán a empujar tu autodeterminación a nuevos niveles.
Esperamos que todos estos consejos te resulten muy útiles y puedas empezar a crear hábitos saludables que se ajusten a la rutina de tu día a día.
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