No todas las familias son lo que deberían ser, ni mucho menos son la imagen que nos venden. A veces, dentro de nuestro núcleo familiar, hay personas tóxicas que, aunque estén emparentadas, nos hacen mucho daño.
Nos han dicho siempre que la familia es la familia y que no tenemos otra opción que soportarla. Pero lo cierto es que si un miembro de tu familia te está haciendo daño, rompe tu equilibrio mental e incluso te violenta física o emocionalmente, puedes (y muchas veces debes) alejarte sin ningún problema y sin ningún remordimiento.
Cómo se comporta una familia tóxica
Los expertos definen a una familia tóxica como aquella en la que hay una dinámica entre los miembros que daña las relaciones significativas. En este tipo de familias, la comunicación es deficiente, no hay demostraciones de afecto, pero sí de hostilidad, peleas y comentarios que menosprecian a otros miembros de la familia, causando estrés constante.
Frente a vínculos tóxicos con familiares, los expertos recomiendan identificar si se siente malestar, estrés y sufrimiento como emociones predominantes en las relaciones familiares antes de tomar medidas. Además, es importante evaluar cuál es tu rol exacto en el conflicto en cuestión. En principio, no debes meterse en problemas que no te incumben, ni involucrar a otros en tus conflictos con otro pariente.
Pero si en algo coinciden todos los expertos es que cuando una situación afecta tu salud, tu bienestar o tu integridad física, pone en riesgo tu vida o hay maltrato constante y evidencia de que los involucrados no quieren resolver nada, deberías cortar todo tipo de relación con esos familiares problemáticos. Romper los vínculos no te hace una mala persona, todo lo contrario. Cuidarte y protegerte de relaciones tóxicas te evitará muchos malos tragos.
Cómo lidiar con una familia tóxica
Por desgracia, las familias tóxicas existen y hay personas que crecen en una, con consecuencias muy negativas. En cualquier caso, es importante aprender a tratar con ellos.
Una familia tóxica se refiere a una familia en la cual hay patrones de comportamiento y dinámicas disfuncionales que pueden tener un impacto negativo en la salud emocional y psicológica de sus miembros. Algunos ejemplos de comportamientos y dinámicas tóxicas en una familia son:
- Abuso: puede ser físico, verbal, sexual, psicológico o financiero.
- Control: uno o más miembros de la familia pueden tratar de controlar a otros miembros, limitando su libertad y su capacidad de tomar decisiones.
- Negligencia: uno o más miembros de la familia pueden ser descuidados o ignorados, lo que puede tener un impacto negativo en su salud física y emocional.
- Críticas: uno o más miembros de la familia pueden ser constantemente criticados o humillados, lo que puede dañar su autoestima.
- Exclusión: uno o más miembros de la familia pueden ser excluidos o marginados, lo que puede provocar que se sientan solos o aislados.
Es importante mencionar que estos patrones pueden ser difíciles de identificar y salir de una familia tóxica puede ser complicado, pero hay ayuda y recursos disponibles.
Características de una familia tóxica
En cuanto a las características comunes de una familia tóxica, algunas de ellas son:
- Comunicación disfuncional: la comunicación en una familia tóxica puede ser poco clara o confusa, o puede ser hostil o agresiva.
- Roles de familia disfuncionales: en una familia tóxica puede haber miembros que desempeñan roles específicos, como el de la víctima, el agresor o el salvador.
- Falta de aceptación y apoyo: los miembros de una familia tóxica pueden sentirse rechazados o no aceptados por otros miembros de la familia y pueden no recibir el apoyo emocional necesario.
- Falta de confianza: los miembros de una familia tóxica pueden tener dificultades para confiar entre ellos, y pueden tener enigmas o mentir entre ellos.
- Falta de límites: en una familia tóxica, puede haber comportamientos que superen líneas prohibidas.
Tipos de familias tóxicas
Existen diferentes tipos de familias tóxicas, cada una con sus propias dinámicas y patrones de comportamiento disfuncionales. Algunos ejemplos de tipos de familias tóxicas incluyen:
- Familias disfuncionales: estas familias pueden tener patrones de comportamiento disfuncionales como el abuso, la negligencia, el control y la falta de apoyo emocional.
- Familias narcisistas: estas familias pueden estar lideradas por un miembro narcisista, quien puede controlar y manipular a los demás miembros de la familia.
- Familias en las que se abusa del alcohol o drogas: estas familias pueden tener patrones de consumo de sustancias tóxicas que pueden afectar a la salud emocional y física de sus miembros.
- Familias en las que hay enigmas y mentiras: estas familias pueden tener enigmas o mentiras ocultas que pueden causar estrés emocional y problemas de confianza entre los diferentes miembros.
Si identificas que tu familia pertenece a uno de estos tipos, lo más aconsejable es que busques a un profesional de la salud mental para que te aconseje sobre cómo convivir con tus familiares.
Consecuencias de crecer en una familia tóxica
Crecer en una familia tóxica puede tener varias consecuencias en el desarrollo emocional y psicológico de una persona. Algunas de las consecuencias más comunes son:
- Problemas de salud mental: las personas que crecen en familias tóxicas pueden desarrollar trastornos mentales como depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y trastorno de personalidad.
- Problemas de autoestima: las personas que crecen en familias tóxicas pueden tener baja autoestima y sentirse inseguras o incómodas en sus relaciones interpersonales.
- Problemas de relaciones: las personas que crecen en familias tóxicas pueden tener dificultades para establecer relaciones saludables y pueden atraer relaciones tóxicas en el futuro.
- Problemas de conducta: como conductas autodestructivas o problemas de adicción.
- Problemas de salud física: como dolores crónicos, enfermedades cardíacas y enfermedades mentales, entre otros.
Cómo actuar ante una familia tóxica
Actuar ante una familia tóxica puede ser difícil y complicado, pero hay algunas cosas que se pueden hacer para mejorar la situación. Algunos consejos son:
- Buscar ayuda profesional: es importante buscar ayuda de un terapeuta o consejero que pueda ayudarte a entender y manejar las emociones y problemas relacionados con la familia tóxica.
- Establecer límites saludables: es importante aprender a establecer límites saludables con los miembros de la familia tóxica y aprender a decir no cuando sea necesario.
- Buscar apoyo en otros lugares: es esencial buscar apoyo en amigos y familiares de confianza, grupos de apoyo o en organizaciones comunitarias.
- Practicar el autocuidado: es fundamental tomarse el tiempo para cuidar de uno mismo y de la propia salud mental y física.
Cabe destacar que estos cambios no ocurrirán de la noche a la mañana y que sanar y ver resultados positivos puede llevar tiempo.
Cómo alejarse de una familia tóxica
Si las cosas no cambian y el ambiente familiar sigue siendo tóxico, es importante tomar decisiones como alejarte o limitar el contacto con los miembros de la familia tóxica. Estos son algunos consejos sobre cómo alejarse de una familia tóxica:
- Establecer límites claros: es importante establecer límites claros con los miembros de la familia tóxica y defenderlos firmemente.
- Establecer distanciamiento: es posible que sea necesario establecer una distancia física y emocional de la familia tóxica para proteger tu salud mental y emocional.
- Buscar apoyo: buscar apoyo de amigos, terapeuta o grupos de apoyo puede ayudar a manejar los sentimientos y el impacto de la familia tóxica.
- Tomar decisiones importantes: si las relaciones con la familia tóxica son dañinas y no se pueden resolver, puede ser necesario tomar decisiones importantes, como cortar los lazos completamente.
- Dedicarte tiempo a ti mismo: dedicar tiempo para ti y tus intereses es esencial para sanar y recuperarte de la toxicidad familiar.
En definitiva, las familias tóxicas son difíciles de tratar, por lo que debes ser consciente de sus características en el caso de que estés dentro de una y aprender a vivir con ellos. Recuerda que siempre puedes acudir a un profesional de la salud mental para que te brinde ayuda y orientación.
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