El efecto pigmalión: cómo nuestras expectativas influyen en los demás

La mente humana tiene la capacidad de categorizar y organizar la información que recibimos del entorno en esquemas mentales. Estos esquemas son como bibliotecas donde almacenamos nuestras creencias, expectativas y conocimientos sobre las personas, situaciones y estímulos que nos rodean. Los esquemas sociales son especialmente importantes, ya que nos ayudan a entender y relacionarnos con los demás.

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El poder de los esquemas sociales

Los esquemas sociales son categorías mentales que creamos para organizar la información sobre los diferentes grupos de personas, roles sociales y estilos de personalidades. Por ejemplo, categorizamos a los médicos, camareros o niños según nuestros esquemas previos sobre ellos.

Estos esquemas sociales nos pueden llevar a etiquetar y estereotipar a las personas, generando prejuicios y pensamientos inconscientes. Por ejemplo, podemos pensar que una persona educada también es bondadosa, o que una persona ordenada es metódica y disciplinada. Estos esquemas sociales nos ayudan a procesar la información de manera automática, pero también pueden llevarnos a errores y generalizaciones injustas.

A pesar de las posibles connotaciones negativas, los esquemas sociales son beneficiosos y productivos, ya que nos permiten almacenar información relevante de manera eficiente. Nuestros antepasados necesitaban categorizar y entender a los demás para sobrevivir, por lo que esta capacidad está en nuestra naturaleza.

El efecto Pigmalión

Uno de los fenómenos más relevantes relacionados con los esquemas sociales es el efecto Pigmalión. Este efecto se refiere a cómo nuestras expectativas sobre los demás pueden influir en su comportamiento y resultados.

El efecto Pigmalión se basa en la profecía autocumplida, es decir, nuestras expectativas sobre una persona pueden convertirse en realidad debido a la influencia que ejercemos sobre ella. Por ejemplo, si esperamos que un estudiante sea exitoso, es probable que le demos más atención, apoyo y oportunidades de aprendizaje, lo que a su vez aumentará sus posibilidades de éxito. Lo contrario también es cierto, si tenemos expectativas negativas sobre alguien, es probable que le demos menos atención y oportunidades, lo que puede llevar al fracaso.

El estudio clásico sobre el efecto Pigmalión fue realizado por Rosenthal y Jacobson en 196En este estudio, los investigadores informaron a los profesores que algunos estudiantes tenían un potencial intelectual superior al resto, aunque esto no era cierto. Sin embargo, los profesores trataron a estos estudiantes de manera diferente y, al final del año escolar, mostraron un mayor progreso académico en comparación con los demás estudiantes.

Este estudio y otros similares han demostrado que nuestras expectativas sobre los demás pueden tener un impacto significativo en su comportamiento y resultados. Por lo tanto, tener en cuenta el efecto Pigmalión en el ámbito educativo y tratar a todos los estudiantes con un sesgo positivo, brindándoles apoyo y confianza en sus capacidades.

Los esquemas sociales son categorías mentales que nos ayudan a organizar la información sobre los demás. Estos esquemas pueden llevarnos a estereotipos y prejuicios, pero también son beneficiosos para procesar la información de manera eficiente.

El efecto Pigmalión muestra cómo nuestras expectativas sobre los demás pueden influir en su comportamiento y resultados. Tener en cuenta este efecto en el ámbito educativo y tratar a todos los estudiantes con un sesgo positivo, brindándoles apoyo y confianza en sus capacidades.

Los esquemas sociales son una herramienta poderosa en la psicología social que nos ayuda a comprender y relacionarnos con los demás. Debemos ser conscientes de nuestras expectativas y prejuicios, y tratar a las personas con respeto y consideración, sin dejarnos influenciar por estereotipos y generalizaciones injustas.

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