¿Alguna vez has sido considerado como la oveja negra de la familia? Seguramente has escuchado esta expresión utilizada de manera negativa para referirse a alguien que es diferente al resto. Sin embargo, ¿alguna vez has considerado que ser la oveja negra también puede tener un aspecto positivo?
La Oveja Negra: No es Mala, es Diferente
La psicóloga española Valeria Sabater explica en uno de sus artículos que ser la oveja negra no es necesariamente malo. Ser la oveja negra simplemente significa ser diferente. Aquellos que son considerados la oveja negra han aprendido a esquivar las piedras, a pensar de manera distinta y siempre han sabido qué dirección tomar, a diferencia del rebaño de ovejas blancas.
En nuestra sociedad, se espera que nos comportemos de una manera similar al grupo al que pertenecemos. Cuando no cumplimos con estas expectativas, corremos el riesgo de ser considerados la oveja negra. Henri Tajfel, un psicólogo social británico conocido por su trabajo sobre los aspectos cognitivos del prejuicio, acuñó el término efecto oveja negra.
Tajfel señala que a menudo se ejerce más crítica y presión psicológica sobre los miembros de nuestro propio grupo que sobre aquellos que nos rodean. La pertenencia a un contexto social, en ocasiones, implica dominancia y control.
El Poder de Ser Diferente
¿Debemos sentirnos mal o bien si alguna vez somos considerados la oveja negra de la familia? Valeria Sabater argumenta que en muchos casos, ser la oveja negra puede ser un privilegio. Para descubrirlo, debemos liberarnos de tres capas principales:
- No tienes la obligación de ser igual que tus padres, pensar como tus amigos o actuar como los demás esperan. Cada individuo tiene sus propias experiencias, creencias y valores, y está bien ser diferente.
- Siéntete orgulloso de tener tus propios valores y de alzar tu voz sobre el resto del grupo. El entorno está lleno de múltiples pensamientos, opiniones y juicios. No existe una verdad universal y cada uno debe ser capaz de expresarse y ser auténtico.
- Acepta a los demás sin odio y acéptate a ti mismo como alguien diferente a ellos. Visualiza esta separación como una forma de liberación. Tú aceptas a tu familia por cómo son, y si ellos actúan con la misma sabiduría, harán lo mismo contigo.
En todo grupo social, siempre existe un miembro que puede ser considerado más problemático que los demás. Es común aplicar un pensamiento único ante cualquier conducta que se salga de los límites de lo que es esperable. Sin embargo, no nacemos siendo la oveja negra, es nuestro entorno social el que nos convierte en ella cuando nos atrevemos a reaccionar de manera distinta.
La pertenencia a un rebaño no garantiza la felicidad. Es importante que cada uno de nosotros busque su propio camino y se sienta cómodo siendo la oveja negra si eso nos permite ser fieles a nosotros mismos.
Ser la oveja negra de la familia o del grupo no es necesariamente negativo. Ser diferente y atreverse a pensar y actuar de manera distinta puede ser un privilegio. No tenemos la obligación de ser iguales a los demás, sino de ser auténticos y fieles a nosotros mismos. Aceptarnos a nosotros mismos y a los demás sin odio ni resentimiento nos libera de las expectativas y nos permite encontrar nuestro propio camino hacia la felicidad.
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