El Síndrome de Cutting es el acto de auto lesionarse con el fin de alterar un estado de ánimo, terminar con un estado de confusión emocional o aliviar una situación que implique estrés infligiéndose un daño físico en el cuerpo. El propósito último no es el suicidio, tampoco obtener placer o como ritual para pertenecer a un grupo. Se observa frecuentemente en adolescentes y la ubicación corporal es generalmente en las muñecas y el medio es cualquier objeto afilado (ej. hoja de afeitar). Desde el punto de vista de las ciencias biológicas y neuroquímicas, este síndrome se relaciona con niveles bajos de serotonina. Entre los factores psicológicos predisponentes se tiene la existencia de abuso físico o sexual, negligencia física o emocional y condiciones familiares disfuncionales durante la infancia y adolescencia. El ciclo de desarrollo del síndrome indica que el paciente con Cutting necesitará cortarse cada vez más para obtener el mismo resultado. El abordaje ante estos pacientes es psicológico y psiquiátrico, el paciente requiere psicoterapia y farmacoterapia.
- Qué es autolesionarse en psicología
- Síntomas de autolesión
- Formas de autolesión
- Cuándo debes consultar con un médico
- Cuando un amigo o miembro de la familia se autolesiona
- Cuándo obtener ayuda de emergencia
- Causas del cutting
- Factores de riesgo del cutting
- Complicaciones del cutting
- Prevención del cutting
Qué es autolesionarse en psicología
La autolesión no suicida, a menudo llamada simplemente autolesión, es el acto de lastimarse el propio cuerpo a propósito, por ejemplo, con cortes o quemaduras. Por lo general, no es un intento de suicidio. Este tipo de autolesión es una forma dañina de afrontar el dolor emocional, la tristeza, la ira y el estrés.
Si bien la autolesión puede generar una breve sensación de calma y aliviar la tensión física y emocional, después suele ocasionar culpa y vergüenza, y las emociones dolorosas tienden a regresar. Las personas no suelen provocarse lesiones mortales, pero pueden ocurrir autolesiones más graves que, incluso, pongan en riesgo la vida.
Con el tratamiento adecuado, puedes aprender formas positivas de afrontar la situación.
Síntomas de autolesión
Los síntomas de autolesión pueden incluir los siguientes:
- Tener cicatrices, a menudo en patrones.
- Tener cortes, arañazos, moretones, mordeduras u otras heridas recientes.
- Frotar de manera excesiva una zona para producir una quemadura.
- Tener a mano objetos filosos u otras cosas que se utilizan para autolesionarse.
- Usar mangas largas o pantalones largos para ocultar la autolesión, incluso cuando hace calor.
- Hacer informes frecuentes de lesiones accidentales.
- Tener dificultades para relacionarse con los demás.
- Presentar conductas y emociones que cambian rápidamente y que son impulsivas, intensas e inesperadas.
- Hablar de impotencia, desesperanza o inutilidad.
Formas de autolesión
Las autolesiones suelen producirse en privado. Normalmente, se hacen de forma controlada o de la misma manera cada vez, lo que deja un patrón en la piel. Algunos ejemplos de autolesiones incluyen:
- Cortarse, rasparse o pincharse con un objeto punzante. Este es uno de los métodos más comunes.
- Quemarse con fósforos, cigarrillos o con objetos punzantes calientes, como cuchillos.
- Tallarse palabras o símbolos en la piel.
- Darse golpes o puñetazos a sí mismo, morderse, golpearse la cabeza.
- Perforar la piel con objetos punzantes.
- Insertar objetos debajo de la piel.
Los brazos, las piernas, el pecho y el abdomen son las zonas más frecuentes de autolesión. Pero cualquier zona del cuerpo puede ser objeto de autolesión. A veces, se usa más de un método.
Si la persona se altera, esto puede desencadenar el impulso de autolesionarse. Muchas personas se autolesionan solo algunas veces y luego dejan de hacerlo. Pero para otras, autolesionarse se puede convertir en una conducta repetida y de largo plazo.
Cuándo debes consultar con un médico
Si te autolesionas, incluso de manera leve, o si piensas en lastimarte, pide ayuda. Cualquier tipo de autolesión es un signo de factores de estrés más importantes que necesitan atención.
Habla con alguien de confianza, como un amigo, miembro de la familia, proveedor de atención médica, líder espiritual o un consejero escolar, miembro del personal de enfermería o maestro. Ellos pueden ayudarte a dar los primeros pasos para que el tratamiento sea exitoso. Aunque te sientas avergonzado por tu comportamiento, puedes encontrar apoyo y ayuda de personas que no te van a juzgar.
Cuando un amigo o miembro de la familia se autolesiona
Si tienes un amigo o miembro de la familia que se autolesiona, es posible que te sientas conmocionado y asustado. Tómate en serio cualquier conversación sobre las autolesiones. Aunque es posible que sientas que estarías traicionando la confianza de alguien, las autolesiones son un problema demasiado grave como para ignorarlo o afrontarlo en solitario. Aquí tienes algunas maneras de ayudar:
- A tu hijo: Puedes comenzar por hablar con el pediatra u otro proveedor de atención médica que pueda hacer una evaluación inicial o remitirte a un profesional de salud mental. Expresa tu preocupación, pero no le grites a tu hijo ni lo amenaces o acuses.
- A un amigo preadolescente o adolescente: Sugiérele a tu amigo que hable con los padres, un maestro, un consejero escolar u otro adulto de confianza.
- A un adulto: Expresa tu preocupación con cautela y anima a la persona a buscar tratamiento médico y de salud mental.
Cuándo obtener ayuda de emergencia
Si te has lesionado gravemente o crees que la lesión puede ser mortal, o si crees que podrías lastimarte o intentar cometer suicidio, llama al 911 o al número de emergencias local de inmediato.
Además, considera estas opciones si tienes pensamientos suicidas:
- Llama a un profesional de salud mental si consultas a uno.
- Llama a la línea directa para prevención del suicidio. En los Estados Unidos, puedes llamar o enviar un mensaje de texto al 988 para comunicarte con la línea directa 988 para prevención del suicidio y para personas en situación de crisis (988 Suicide & Crisis Lifeline), disponible las 24 horas, los 7 días de la semana. O bien, usa el chat de ayuda en línea Lifeline Chat. Los servicios son gratuitos y confidenciales. La línea directa para prevención del suicidio y para personas en situación de crisis (Suicide & Crisis Lifeline) de los Estados Unidos tiene una línea en español con el número 1-888-628-9454 (llamada gratuita).
- Pide ayuda al personal de enfermería o al consejero escolar, a un maestro o un proveedor de atención médica.
- Comunícate con un amigo o un familiar cercano.
- Ponte en contacto con un líder espiritual u otra persona de tu comunidad religiosa.
Causas del cutting
No existe una causa única o simple que lleve a alguien a autolesionarse. En general, las autolesiones pueden deberse a lo siguiente:
- Falta de capacidad para afrontar una situación difícil. Las autolesiones que no están relacionadas con el suicidio suelen ser el resultado de no poder afrontar el estrés y el dolor emocional de una forma saludable.
- Dificultad para gestionar las emociones. Tener dificultades para controlar, expresar o comprender las emociones puede llevar a la autolesión. La mezcla de emociones que desencadena la autolesión es compleja. Por ejemplo, puede haber sentimientos de inutilidad, soledad, pánico, ira, culpa, rechazo y autodesprecio. Haber recibido acoso o tener dudas sobre la identidad sexual puede ser parte de la mezcla de emociones.
La autolesión puede ser un intento de lograr lo siguiente:
- Gestionar o reducir un sufrimiento emocional o ansiedad extremos y brindar una sensación de alivio.
- Distraerse de las emociones dolorosas a través del dolor físico.
- Sentir control sobre el propio cuerpo, sentimientos o situaciones de la vida.
- Sentir algo (lo que sea), aunque sea dolor físico, cuando la persona se siente vacía emocionalmente.
- Externalizar sentimientos internos.
- Comunicar sentimientos de estrés o depresión al entorno exterior.
- Castigarse a uno mismo.
Factores de riesgo del cutting
Si bien los adolescentes y los adultos jóvenes tienen más probabilidades de autolesionarse, hay personas de otras edades que también lo hacen. Las autolesiones suelen comenzar en la preadolescencia o en los primeros años de la adolescencia, cuando hay cambios emocionales rápidos, frecuentes e inesperados. Durante este tiempo, los adolescentes enfrentan una mayor presión de grupo, soledad y conflictos con los padres u otras figuras de autoridad.
Estos son algunos de los factores que pueden incrementar el riesgo de autolesiones:
- Tener amigos que se autolesionan. Tener amigos que se lesionan intencionalmente hace que sea más probable que una persona comience a hacerlo.
- Problemas en la vida. Las experiencias pasadas de descuido, abuso emocional, físico o sexual u otros eventos traumáticos pueden incrementar el riesgo de autolesiones, al igual que crecer y permanecer en un entorno familiar inestable. Otros factores de riesgo son cuestionarse la identidad personal o sexual y el aislamiento social.
- Problemas de salud mental. Ser demasiado autocrítico y tener dificultades para resolver problemas aumentan el riesgo de autolesiones. Además, las autolesiones suelen vincularse con determinadas enfermedades de salud mental, como trastorno límite de la personalidad, depresión, trastornos de ansiedad, trastorno por estrés postraumático y trastornos alimentarios.
- Consumo de alcohol o drogas ilícitas. Estar bajo la influencia del alcohol o las drogas ilícitas recreativas puede aumentar el riesgo de autolesiones.
Complicaciones del cutting
Las autolesiones pueden causar complicaciones, como las siguientes:
- Intensificación de los sentimientos de vergüenza, culpa y baja autoestima.
- Infección, ya sea debido a las heridas o por compartir instrumentos.
- Cicatrices permanentes u otros daños permanentes en el cuerpo.
- Intensificación de afecciones y problemas subyacentes, si no reciben el tratamiento adecuado.
- Lesiones graves que podrían llevar a la muerte.
- Riesgo de suicidio.
Prevención del cutting
No hay una forma segura de prevenir la conducta de autolesión de una persona. Sin embargo, hay estrategias para reducir el riesgo de autolesión que involucran a las personas y las comunidades. Los padres, familiares, maestros, personal de enfermería escolar, entrenadores o amigos pueden ayudar.
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