La congruencia psicológica es un término acuñado por Carl Rogers, un destacado psicólogo humanista, que describe un estado en el cual el ser ideal de una persona y su experiencia real son consistentes o muy similares. Sin embargo, Rogers consideraba que era raro que existiera un estado completo de congruencia y que todas las personas experimentan cierta cantidad de incongruencia.
¿Qué es la incongruencia en psicología?
La incongruencia se refiere a una situación en la que lo que una persona dice o hace no tiene sentido o coherencia. Es común encontrarse con personas que dicen cosas que no están alineadas con sus acciones. Ser incongruente implica ser ilógico o contradictorio.
Por ejemplo, una persona que se queja de una situación específica pero sus acciones y forma de expresarse muestran que se ha contradicho con sus creencias u opiniones anteriores.
La incongruencia puede manifestarse de diferentes formas y tener diferentes sinónimos, como inconsecuencia, ilógico, inconexo, discordante, contradictorio, contrasentido, incoherencia o doble moral.
Incongruencia entre lo que se quiere, lo que se piensa y lo que se hace
Es común que las personas hablen y comenten sobre sus valores y principios morales, pero constantemente se contradicen y caen en la incongruencia. Esto puede llevar a un círculo vicioso en el que se desea algo, se actúa de manera contraria y se piensa que se está haciendo lo correcto, incluso sin escuchar los consejos de los demás.
Para evitar caer en la incongruencia, es importante apropiarse de los principios y valores propios, pensar antes de hablar o actuar para evitar contradicciones y evitar situaciones que puedan quebrantar esos principios y valores.
La incongruencia y la neurosis
Según Carl Rogers, la incongruencia es el espacio que separa lo que yo soy y lo que yo debería ser. Cuanto mayor sea este espacio, mayor será la incongruencia de la persona. Rogers también afirmaba que la neurosis se refiere a la falta de sincronización con el propio ser, lo cual puede corregirse a través de terapia.
Es importante buscar ser personas íntegras cuyas acciones reflejen lo que decimos, para evitar actuar de una manera de la que nos podamos arrepentir. Si deseas aprender más sobre comunicación efectiva y evitar caer en la incongruencia al hablar y actuar, puedes considerar realizar un curso de comunicación con Euroinnova, una escuela de negocios especializada en formación online.
Actuar con congruencia implica ser fiel a uno mismo y mantener una relación coherente entre lo que se siente, se dice y se hace. Significa ser fiel a los propios valores y expresarlos en todas las facetas de la personalidad.
La incongruencia entre lo que se siente, se dice y se hace genera malestar tanto en la persona que la genera como en la que la recibe. La congruencia implica una relación auténtica y honesta con uno mismo y con los demás.
El lenguaje corporal puede ser un indicador de la congruencia o incongruencia entre lo que se piensa y se dice. El lenguaje no verbal representa aproximadamente el 55% de la comunicación. La congruencia implica que el lenguaje corporal esté en consonancia con las palabras y pensamientos expresados.
Existen también las microexpresiones, que son movimientos faciales rápidos e involuntarios que representan diferentes emociones. Estas microexpresiones pueden revelar lo que realmente está sucediendo en una persona.
Para ser congruente, es importante conocerse a uno mismo, dejar de hacer cosas que traicionen los propios objetivos y metas, y esforzarse por mantener una coherencia entre lo que se siente, se dice y se hace.
¿Cuándo se dice que una persona es congruente?
Una persona se considera congruente cuando actúa de acuerdo con sus valores y principios, cuando sus acciones están en línea con sus palabras y cuando su lenguaje corporal refleja sinceridad y autenticidad. La congruencia implica ser un ejemplo a seguir, ayudar a los demás y sentirse orgulloso de los propios logros.
Actuar con congruencia también puede inspirar a otras personas y convertirse en una fuente de inspiración para quienes nos rodean.
La congruencia psicológica es un estado en el cual el ser ideal de una persona y su experiencia real son consistentes. La incongruencia, por otro lado, implica ser ilógico o contradictorio. Actuar con congruencia implica ser fiel a uno mismo, mantener una relación coherente entre lo que se siente, se dice y se hace, y ser un ejemplo a seguir para los demás.
Es importante buscar la congruencia en nuestras acciones y palabras, para evitar caer en la incongruencia y generar malestar tanto en nosotros mismos como en los demás. La congruencia nos permite ser auténticos y vivir de acuerdo con nuestros valores y principios.
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